Una mujer cubana de 23 años y que dio a luz a un varón en un hospital en el sur de Texas se halla bajo custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) desde hace cinco días, es decir más de las 72 horas que estipula la normativa federal. EFE/EPA/LARRY W. SMITH/Archivo

Los Ángeles – La llegada masiva de familias y niños a la frontera sur de Estados Unidos en las últimas semanas colocó nuevamente las miradas evaluadoras sobre el trabajo de los agentes de la Oficina de Control Fronterizo (CBP) y su responsabilidad en la actual situación.

El Sindicato de los agentes de CBP apoyó abiertamente la reelección de Donald Trump por lo que las suspicacias sobre qué tan rápido se han adaptado los oficiales de esta agencia a la nueva agenda migratoria del presidente Joe Biden y la oleada de migrantes ha levantado suspicacias.

Aunque no tiene evidencias contundentes, la profesora de la Universidad de Syracuse de Nueva York, Gladys McCormick asegura que ha escuchado que «entre las diferentes agencias que han estado en la frontera hay un poco de ‘tortuguismo'» actualmente.

¿DEL LADO DE TRUMP?

«Mucho del personal que antes había estado trabajando para Obama se ha ido, y entonces los que quedan eran personas más simpatizantes a la idea y a la ideología de Trump, y ellos no están contentos», explica McCormick, directora de Diversidad, Equidad e Inclusión para la Escuela Maxwell de Ciudadanía y Asuntos Públicos de Syracuse.

Maureen Meyer, vicepresidente de programas de la Washington Office on Latin America (WOLA), apunta en la misma dirección y asegura que el Gobierno demócrata deberá «abordar eficazmente la resistencia interna».

En su opinión, los cambios a la política fronteriza de los EE.UU. requerirán un «liderazgo y una dirección sólida» dentro del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), dirigida por el cubanoestadounidense Alejandro Mayorkas.

Un aspecto revelador de esta reticencia a los cambios es el uso continuado en los comunicados de la CBP del término «alien», cuya traducción literal es extraño, a pesar de que el Gobierno ha ordenado que se cambie por el de «no ciudadano» en los documentos oficiales.

EN LA MIRA

Las estaciones de la CBP en el Valle del Río Grande, en Texas, han recibido en las últimas semanas a visita de varias delegaciones de Washington, entre las que se cuentan funcionarios de la Casa Blanca y legisladores tanto demócratas como republicanos, la última de ellas el pasado viernes con 18 senadores conservadores,

Las delegaciones buscan evaluar la situación después que se revelara un aumento en las aprehensiones de inmigrantes, que incluso obligó a la asignación de más agentes de la CBP en la frontera.

En rueda de prensa los legisladores liderados por Ted Cruz, aseguraron que los agentes de CBP estaban en desacuerdo con el desmantelamiento del programa Permanecer en México, (MPP), que obligaba a los solicitantes de asilo a quedarse en el país vecino, y que se habían advertido a la administración Biden sobre la ola de migrantes que abruma la frontera, entre otras quejas dadas a los republicanos.

En febrero, la CBP detuvo a 100.441 inmigrantes indocumentados, un 28 % más que en enero y cerca del triple que el mismo mes de 2020, entre ellos unos 9.300 menores de edad que llegaron sin la compañía de alguno de sus padres o tutor legal.

La tendencia ha seguido a la alza en marzo y la controversia se ha centrado en los menores no acompañados que el Gobierno Biden ha decidido acoger, y deben salir de la custodia de la CBP en 72 horas, algo que puede verse dificultado si los agentes ponen en práctica su resistencia a la política de Biden para perjudicar al demócrata.

Y Meyer advirtió a Efe que en este panorama «la administración de Biden enfrenta desafíos para abordar una cultura de abuso e impunidad que ha permeado a la CBP, y el ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas)».

EL NUEVO JEFE ES BIDEN

Como agencia de la rama ejecutiva del gobierno de los Estados Unidos, la CBP está bajo la competencia del presidente, por lo que sus agentes están encargados de implementar las políticas de la administración en el poder y de implementar la ley, independientemente de sus opiniones personales o políticas,

Sin embargo, «las políticas muy rápidas y diferentes entre las últimas administraciones son un desafío para los funcionarios de carrera», subraya a Efe Theresa Cardinal Brown, directora de políticas de inmigración y frontera del Bipartisan Policy Center.

Añade que la administración Trump, en particular, «elevó la influencia de los sindicatos de la Patrulla Fronteriza y del ICE, incluso sobre su propia dirección designada en la organización”.

Por su parte, McCormick también apunta la mirada a la misma administración Biden que, según su opinión, «no supieron que la situación iba a ser tan seria que entre las mismas agencias de EE.UU. no han estado haciendo prisa para enfrentar la crisis».

ASEGURANDO SU TRABAJO

La catedrática va más allá y cree que estas agencias de control migratorio que temían posibles recortes ven en esta crisis la oportunidad para que el Gobierno dedique más fondos para afrontar la abrumadora llegada de inmigrantes.

Por todo ello, Cardinal Brown cree que la administración demócrata deberá escuchar a los agentes y oficiales en el terreno para comprender los desafíos operativos y las implicaciones de las políticas que quieren promulgar.

«Con suerte, ese fue el propósito de las recientes visitas a la frontera de los funcionarios de la Casa Blanca», ahonda.

Efe solicitó comentarios al Sindicato de Agentes del CBP pero hasta el momento no ha recibido respuesta.