Praga – República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia, que conforman el Grupo de Visegrado (V4), ratificaron hoy en Bratislava su rechazo a las cuotas de migración obligatorias planteadas por la Unión Europea (UE).
«No aceptamos cuotas ni cifras de migrantes que tengamos la obligación de aceptar», aseveró el jefe del Gobierno de Polonia, Mateusz Morawiecki, para quien «las fronteras exteriores de la UE deben estar protegidas».
Para Polonia, la política migratoria es además una cuestión de «soberanía», sobre la que nunca se dejarán dictar condiciones desde fuera, en alusión a Bruselas, que en el pasado propuso cuotas obligatorias de reparto de refugiados.
Hungría, que construyó vallas en su frontera durante la crisis migratoria de 2015, sólo permite entrar en su territorio aquellos cuya solicitud de asilo es aceptada.
«El solicitante está fuera y si se accede, puede entrar en el territorio», dijo el primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, que lamentó que Bruselas no se adhiera a esta medida.
La política migratoria y de asilo de Hungría ha recibido sentencias condenatorias por parte del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
El primer ministro checo, el conservador Petr Fiala, reiteró que los cuatro países del V4 «comparten el mismo punto de vista» en materia migratoria.
«Hemos confirmado que la cuotas de refugiados no son una solución: No funcionan», dijo Fiala, cuyo país asume ahora la presidencia del V4.
Estos cuatro antiguos países socialistas, que entraron en la Unión Europea en 2004, son los más afectados por la ola de refugiados de Ucrania.
Fiala, cuyo Ejecutivo de coalición ha aprobado ayudas a Turquía y Túnez, para incentivar la política de retorno a los países de origen, lamentó que «el número de migrantes ilegales a Europa no desciende».