El canciller cubano, Bruno Rodríguez. EFE/Archivo

La Habana – La decisión del Gobierno de Estados Unidos de reducir drásticamente el tiempo de validez de las visas de no inmigrante concedidas a los cubanos es un «obstáculo adicional» para los numerosos isleños con familiares en esa nación, aseguró este sábado el ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez.

«Rechazo la decisión de EE.UU. de reducir para los cubanos el tiempo de validez de la visa B2 de cinco años a tres meses, con una sola entrada, lo cual constituye un obstáculo adicional al ejercicio del derecho de los ciudadanos cubanos de visitar a sus familiares en ese país», escribió el canciller cubano en Twitter.

En un comunicado, el Ministerio de Exteriores denunció hoy que esta medida se suma al cierre del Consulado de EE.UU en la Habana y «a la interrupción injustificada del otorgamiento de visados a los cubanos, obligándolos a viajar a terceros países sin garantía alguna» de que les vaya a ser concedida su solicitud de acceder a territorio estadounidense.

«Esta decisión impone también altos costos económicos a los viajes familiares y de intercambio en múltiples áreas», subraya el texto, que acusa a Washington de «incumplimiento de la cuota de visados establecida por los Acuerdos Migratorios» bilaterales.

El anuncio, dado a conocer ayer viernes en un comunicado de la Embajada estadounidense en La Habana, especifica que la nueva directiva se aplicará a partir del próximo lunes 18 de marzo y su objetivo es igualar la validez de las visas concedidas por el Gobierno cubano a los ciudadanos de EE.UU.

La categoría de visa B2, que permite realizar visitas familiares, de turismo, para tratamiento médico y propósitos de viaje similares, era otorgada hasta ahora a los cubanos por un máximo de cinco años con múltiples entradas a territorio estadounidense.

«Cuba concede a los turistas estadounidenses visas de una sola entrada para una estancia de dos meses, prorrogables por otros 30 días para un total de tres meses, por una tarifa de 50 dólares», indica el texto de la Embajada.

La encargada de negocios de Washington en La Habana, Mara Tekach, destacó en un video publicado en la página oficial de Facebook de la misión diplomática que esta decisión «global» se debe a un «alineamiento de reciprocidad» que comenzará a seguir su país en todo el mundo.

«No es cierto que esta decisión haya sido tomada bajo un criterio de reciprocidad, toda vez que Cuba ofrece todas las facilidades para que los ciudadanos estadounidenses, desde cualquier país del mundo, incluidos los propios EE.UU., obtengan un visado, que se expide al momento», respondió la Cancillería.

La isla reiteró que si Washington «realmente desea aplicar la reciprocidad», debería reabrir su Consulado y retomar la concesión de visados interrumpido «de manera arbitraria e injustificada hace más de un año», cuando EE.UU decidió retirar a la mayoría de sus diplomáticos por misteriosos incidentes de salud aún sin explicar.

El Ministerio cubano de Exteriores también pidió a Estados Unidos eliminar la prohibición a sus ciudadanos de viajar libremente al país caribeño.

Cuba y EE.UU. iniciaron un «deshielo» bilateral en diciembre de 2014, impulsado por Barack Obama en la Casa Blanca y Raúl Castro en la isla, y materializado con la mutua reapertura de embajadas en 2015, la reanudación de vuelos comerciales directos y la firma de acuerdos en áreas como seguridad, migración, educación y salud.

La llegada de Donald Trump a la Presidencia estadounidense en 2017 frenó la normalización de las relaciones bilaterales y ha revertido parcialmente la política de acercamiento iniciada por su antecesor, al restringir los viajes de estadounidenses a Cuba e imponer obstáculos a los negocios con la isla.

A ello se ha sumado el asunto de los misteriosos incidentes de salud reportados por Washington que han afectado a 26 funcionarios estadounidenses de la misión diplomática de EE.UU. en Cuba entre noviembre de 2016 y agosto de 2017. Estos sucesos han sido investigados pero aún no se ha podido determinar su causa.

Tal situación ha provocado tensiones y un deterioro en la frágil y tensa relación entre los Gobiernos de los dos países vecinos.