Los Ángeles – La comunidad de Pasadena (Texas) dio este miércoles el último adiós a María González, la niña inmigrante de 11 años de Guatemala asesinada cuando se encontraba sola en su vivienda mientras su padre estaba en el trabajo.
El servicio se realizó en la iglesia Mundo Pentecostal antes de que el cuerpo sea enviado a Guatemala, donde viven su madre y su hermano menor.
El crimen ocurrido el pasado 12 de agosto conmovió a la ciudad, ubicada en la zona metropolitana de Houston, de mayoría hispana.
La menor fue abusada sexualmente y asesinada en un complejo de apartamentos de Pasadena en el que vivía con su padre, Carmelo González, desde hacía tres meses.
Según documentos judiciales, la mañana del crimen el padre de la menor salió a trabajar y 15 minutos después recibió en su teléfono un mensaje de su hija en el que ella le decía que alguien estaba llamando a la puerta.
Después de un breve intercambio de mensajes, el inmigrante guatemalteco no volvió a saber de su hija. Unos familiares fueron al apartamento pero la pequeña no contestó, lo que motivó al padre a salir del trabajo y acudir al apartamento.
González encontró el cuerpo de su hija envuelto en plástico y metido en una bolsa para la ropa, que estaba escondida debajo de la cama en su dormitorio.
Las investigaciones apuntaron al inmigrante guatemalteco Juan Carlos García Rodríguez, quien fue detenido por la Policía de Shreveport, en Luisiana, una semana después del crimen. García Rodríguez se encuentra detenido a la espera de ser extraditado a Texas.
Una llave encontrada en el apartamento donde ocurrió el asesinato y que no abría ninguna de las puertas de la vivienda apuntó la investigación hacia García Rodríguez, que residía en un apartamento cercano pero se marchó dos días después del asesinato.
El sospechoso ingresó a Estados Unidos en enero pasado cuando se entregó a agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en El Paso (Texas) siendo un menor de edad y después fue entregado a patrocinadores en Luisiana, según información obtenida por la televisora ABC13.
Tras conocer el arresto del sospechoso, el padre de la menor dijo en una conferencia de prensa que esperaba que “no se tenga piedad” con el culpable, así como esa persona no tuvo piedad con su hija.