Tegucigalpa – Como una respuesta al fortalecimiento de las medidas migratorias de los países en tránsito y de destino de la migración, los hondureños al igual que todos los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, han tenido que buscar nuevas alternativas y nuevas rutas en su objetivo de alcanzar el denominado “sueño americano”.

– El desempleo sigue siendo la principal causa por la que los hondureños deciden o se ven obligados a emigrar.

– Expertos han advertido de una oleada migratoria desde Honduras post-pandemia.

Una de las medidas más restrictivas para los migrantes en tránsito por México es la puesta en marcha del plan Frontera Sur con el que se fortaleció la seguridad en la frontera entre México y Guatemala y se retomó el control de la ruta del tren de carga que recorre el suelo azteca de sur a norte conocido como “La Bestia”.

Ante estas acciones los hondureños han optado por nuevas rutas y nuevas formas de transporte como la del tren conocido como “El Diablo”, que atraviesa la ruta del Pacífico, es decir Guadalajara, Mazatlán, Sonora y Mexicali.

Este tren y esta ruta están siendo utilizados por los migrantes hondureños aún en tiempos de pandemia, según reportes de prensa de la nación azteca.

Migración en tiempos de pandemia

Jair, un joven hondureño recién desembarcado del tren conocido como “El Diablo”, buscaba refugio después de casi dos meses de travesía desde Tapachula hasta este lugar, destaca este día un artículo de prensa local.

Su rostro y brazos están prácticamente curtidos, quemados por el sol de hasta 50 grados centígrados que tuvo que soportar en el lomo de metal de “El Diablo”, que es la nueva ruta que utilizan los centroamericanos ante el operativo del gobierno mexicano para inhibir y bajar a los migrantes de “La Bestia”.

“Ahora qué voy hacer. Ya no traigo dinero. Los pocos dólares me los gasté en el camino para medio comer algo y otra parte me lo quitaron policías en San Luis Río Colorado. Yo creo que me voy ir caminando o de aventón a Tijuana a una casa de migrantes religiosos en lo que me recupero del viaje e intentó cruzar hacia Los Ángeles”, comentó el inmigrante catracho.

Pandemia no frena la migración

Pese que los países de la región han cerrado sus fronteras como medida de prevención de la propagación de la pandemia a causa del COVID-19, los flujos migratorios no se han detenido aunque sí se observa una baja en los mismos.

A criterio de Sergio Tamai, activista pro migrante en México, “tal vez no se estén viendo las grandes caravanas del año pasado, porque la Guardia Nacional lo está deteniendo en Chiapas, pero los migrantes siguen llegando a bordo del tren, todos los días llegan entre 20 y 30 centroamericanos, que obviamente buscan o están cruzando la frontera”.

Comentó que a pesar de la pandemia el flujo de migrantes, desplazados y retornados no se ha frenado en Mexicali, capital de Baja California, frontera con Calexico, California.

“Vemos diariamente como llegan nuestros paisanos y los centroamericanos para intentar burlar el muro fronterizo y retar al peligroso infierno del desierto”, compartió.

“El Diablo”, un riesgo para migrantes

Aunque se trata de una alternativa para avanzar hacia EEUU, el tren de carga y su ruta “El Diablo”, es un riesgo para los migrantes.

Este tren se convierte en un peligro para los migrantes a causa de las altas temperaturas que deben soportar los indocumentados en su lomo, de hecho su lugar de destino, la ciudad de Mexicali, es alcanzando un clima de hasta 125 grados Fahrenheit (52 grados centígrados) en verano.

La ruta inicia en la Ciudad de México y se dirige al Pacífico por Querétaro, Irapuato y Guadalajara.

Al igual que “La Bestia”, grupos criminales se disputan el dominio de esta ruta y los migrantes deben sortear, además de las autoridades, asaltos, secuestros y extorsión.