Roma – Las comunidades indígenas de Latinoamérica sufren una persecución sin límites y sus miembros están siendo «criminalizados, asesinados o desaparecidos» sólo por reclamar el fin de la destrucción de sus territorios por empresas que solo buscan el beneficio, asegura Efe Nansedalia Ramírez, que hoy lidera en Turín (norte de Italia) una gran marcha ecologista.

«El simple hecho de defender tu territorio en América Latina significa que o vas a ser encarcelado injustamente o vas a desaparecer. No hay justicia, no hay derechos humanos, básicamente no hay leyes que respalden y protejan a nuestras comunidades», explica la joven activista mexicana invitada por «Viernes por el Futuro», el movimiento internacional que encabeza Greta Thunberg.

Ramírez, de 23 años, es coordinadora de las juventudes de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB), que está integrada en la Alianza Global de Comunidades territoriales, una coalición de comunidades indígenas y locales de la Cuenca Amazónica, Brasil, Indonesia, Mesoamérica y el Congo que representa a los pueblos originarios de 24 países y protege más de 950 millones de hectáreas de bosques tropicales.

Sin embargo, más del 50% de los habitantes de esa extensa zona «no tiene derechos de tenencia sobre la tierra porque aunque ancestralmente las comunidades son sus dueñas y las han protegido durante siglos, no disponen de un documento legal y eso las hace más vulnerables».

Esa es una de las demandas que quiere visibilizar en Europa, que «se legitime el derecho sobre la tierra», pero también que «se reconozca el conocimiento tradicional de los pueblos indígenas», el «acceso directo a financiación, sin intermediarios» y «un consentimiento previo, libre e informado para que las comunidades puedan decidir sobre sus territorios».

«Muchas veces los gobiernos dan concesiones a empresas extractivistas sobre un territorio que está en manos de comunidades a las que no se tiene en cuenta y entonces se ven obligadas a desplazarse de manera forzada», destaca, al explicar que su intención es que «esto se conozca en Europa».

Aunque sin duda la primera de las demandas de las comunidades indígenas es » el respeto a la vida» porque sus miembros están siendo «criminalizados, asesinados, desaparecidos por empresas extranjeras del norte global» y en particular en Latinoamérica, donde «no hay leyes que respalden y protejan a nuestras comunidades».

«Específicamente en México, la criminalización es muy fuerte: según un informe de 2021 somos el segundo país del mundo en número de asesinatos de defensores del medioambiente y el 80 por ciento de esa cifra eran líderes de comunidades indígenas y locales», explicó Ramírez, «sólo por detrás de Colombia».

Esos datos ponen de manifiesto la terrible situación de América Latina, donde «el simple hecho de defender tu territorio significa que o vas a ser encarcelado injustamente o vas a desaparecer «, añadió la activista, que mencionó también la brutal represión de las manifestaciones que tuvieron lugar hace unos meses en Ecuador.

«Es muy difícil y la violencia que sufren las comunidades que se manifiestan para defender sus derechos en Latinoamérica es incomparable», asegura.

Ramírez, que representa en la marcha de Turín a la Alianza Global de Comunidades territoriales, junto a la indonesia Michellin Sallata, la primera mujer presidenta del Frente de Jóvenes Indígenas del Archipiélago, ha ayudado a conservar el decreciente número de jaguares en el estado de Guerrero, en el sur de México.

«Colaboro en la defensa de especies en peligro de extinción. En el Ejido Cordón Grande, de donde yo soy, se ha levantado un corredor para la conservación del jaguar que, además, está ayudando a proteger a más especies, como la guacamaya verde y otras microendémicas de la región».

En «México supermega diverso en fauna y flora», los biólogos están llevando a cabo el proyecto y «nosotros lo promovemos en mi Ejido a través de la educación ambiental en los niños y jóvenes», dice orgullosa.