Houston (TX) – A pesar de ser minoría, los congresistas demócratas en Texas creen que impulsar el incremento del salario mínimo estatal a través de varias propuestas legislativas es una batalla que deben enfrentar para amparar a las clases menos favorecidas del estado que han sido las más golpeadas por la crisis sanitaria.
En la sesión legislativa 87 que inició a principios de enero se han presentado varios anteproyectos que pretenden incrementar el salario mínimo de 7,25 dólares por hora que se mantiene inalterable desde 2009.
La HB 731, de la congresista Jessica González (D-Dallas), y la HB 60, de Ron Reynolds (D- Fort Bend), proponen que el empleador le pague a cada asalariado la cantidad de 15 dólares la hora, mientras que el representante Leo Pacheo (D-San Antonio) sugiere que el sueldo mínimo suba a 12 dólares la hora (HB 383).
ESFUERZOS ESTATALES
Rafael Anchía (D-Dallas), representante estatal desde hace 16 años y presidente del grupo de legisladores hispanos de Texas, asegura que los esfuerzos para incrementar el salario mínimo va a beneficiar en su mayoría a los llamados trabajadores esenciales.
«Pero, curiosamente, la mayoría republicana siempre ha estado en contra de un aumento de esa naturaleza al ofrecer la teoría de que reduciría el número de empleos porque generaría menos ingresos», destacó Anchía en entrevista con Efe.
Aunque Anchía admite que le ve más posibilidades a nivel federal por el control demócrata del Senado y de la Cámara de Representantes, cree que la discusión a nivel estatal es «necesaria» y más por la pandemia.
RECHAZO AL INCREMENTO DEL SALARIO MÍNIMO
Pero la teoría de Anchía y de la bancada demócrata, de que servirá de estímulo a la economía, no es bien recibida por los conservadores como Orlando Sánchez, exconcejal de la Ciudad de Houston, extesorero del Condado Harris y fundador del Comité de Acción Política Conservadores Latinos de Texas.
«Incrementar el salario mínimo a nivel nacional es controlar y manipular la economía local de los estados y de sus respectivas ciudades, y ese ha sido precisamente lo que hacen los demócratas cada vez que ganan: incrementar salarios», criticó Sánchez en entrevista con Efe.
Para el exfuncionario público, el mercado libre tiene que absorber ese incremento y en este caso es el consumidor el que saldrá perjudicado.
«Los presupuestos de los gobiernos locales tendrían también que sufrir una modificación al tener que pagarle más a los empleados y eso se resume en el pago de más impuestos por parte del contribuyente», subrayó Sánchez.
El también empresario admitió que a nivel federal hay más posibilidades de que se aprueba un aumento del salario mínimo.
IMPULSO A LAS FAMILIAS DE BAJOS RECURSOS
Sin embargo, la activista Cristina Tzintzún-Ramírez, que postuló sin suerte contra el senador republicano John Cornyn en las pasadas elecciones, insiste en que incrementar el salario mínimo es un paso importante para recuperar la economía que actualmente vive una delicada situación.
«Y significará mayor estabilidad para las familias de menos recursos económicos, especialmente el 60 % de los latinos y afroamericanos, que antes de la pandemia por la covid ganaban menos de 15 dólares la hora», sostuvo Tzintzún-Ramírez.
Añadió que los análisis financieros sobre el fenómeno del incremento del salario mínimo no vaticinan una debacle económica.
«Ese es el cuento conservador de que se perderán empleos y que los negocios cerrarán y por eso apoyan que los trabajadores ganen la miserable cantidad de 7,25 la hora», criticó.
LOS PEQUEÑOS NEGOCIOS, LOS MÁS GOLPEADOS
Pero la propuesta demócrata de aumentar el salario mínimo le preocupa a algunos pequeños emprendedores, como a la colombiana Jhoanna Gómez, que llegó a Houston desde el estado de Florida hace cuatro años por los bajos costos que le representaba poner su propio salón de belleza en Texas.
Gómez entiende que el salario mínimo debe darle cierta calidad a una persona en la ciudad en la que vive, pero basado en el costo de vida.
«Por eso, no es lo mismo vivir en Houston que vivir en la ciudad de Nueva York, porque una es más cara para vivir que la otra», dice Gómez, cuyo temor es que al incrementarse el salario mínimo, pase lo mismo con el combustible, los comestibles y los productos químicos que ella utiliza en su negocio.
«Tampoco queremos que nuestra ciudad sea costosa. Negocios como el de nosotros ha sufrido suficiente al estar cerrados por varios meses debido a la pandemia», agrega.
OTRAS PROPUESTAS LEGISLATIVAS
Hay otros proyectos de ley que sugieren un aumento al sueldo mínimo.
Por ejemplo, la HB 224, de la representante Evelina Ortega (D-El Paso), le daría autoridad a los gobiernos municipales a exigir a las empresas que contrata para ejecución de obras públicas a que les pague a sus empleados un salario superior al mínimo establecido.
Otra iniciativa (HB 250) es la que incrementa el pago por hora a 15 dólares como mínimo a los conductores de autobuses escolares de distritos escolares donde el alumnado supere los 4.500 estudiantes.
La HB 732 exige el mismo pago por hora pero a todos los empleados en los sistemas escolares del estado que ganen por debajo del mínimo.