Managua – La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco nicaragüense denunció y condenó este sábado la presunta agresión sufrida por al menos cinco mujeres que están en prisión por protestar contra el Gobierno que preside Daniel Ortega en el marco de la crisis sociopolítica que vive el país desde abril pasado.

Según esa unidad, las mujeres fueron «nuevamente» golpeadas por sus custodios el pasado jueves en el Establecimiento Penitenciario Integral de Mujeres, de acuerdo con el testimonio que ofrecieron a sus familiares.

Entre las mujeres agredidas se encuentran la líder de los comerciantes en las manifestaciones antigubernamentales, Irlanda Jerez, quien denunció recién ante un grupo de eurodiputados que la visitó en prisión que fue drogada por la policía en la cárcel El Chipote, donde funciona la Dirección de Auxilio Judicial.

El Chipote es una prisión que en los últimos años ha sido señalada por organismos humanitarios como centro de torturas, según la denuncia.

El video con ese testimonio de Jerez -dirigente de un grupo de comerciantes del mayor mercado de Nicaragua a los que llamó a la «desobediencia civil» en protesta contra la «opresión» que a su juicio ejerce el presidente Ortega contra los manifestantes desde el estallido social en abril de 2018-, fue divulgado por los eurodiputados.

En su relato, Jérez acusó directamente al presidente Ortega y a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, de su condena, y les envió un mensaje.

«Daniel Ortega y Rosario Murillo, la única salida que tienen es la cárcel. Han asesinado a un pueblo durante 40 años. Han esclavizado a un pueblo durante 40 años», señaló.

Otra de las agredidas, según la unidad, es Olesia Auxiliadora Muñoz Pavón, quien pertenece al coro de una parroquia del suroeste de Nicaragua y quien fue condenada a 30 años de prisión por los delitos de terrorismo, entre otros.

Múñoz Pavón denunció ante los eurodiputados que los «paramilitares», que colaboraron con la Policía Nacional para tomarse por la fuerza de las armas las ciudades nicaragüenses que se habían alzado contra el Gobierno, «tenían orden de matar».

Los «paramilitares», integrados principalmente por exmilitares y expolicías, «bombardearon y ametrallaron» su casa de habitación en el municipio de Niquinohomo, departamento de Masaya (sureste), según contó a los eurodiputados.

Las otras tres mujeres agredidas son Jeysi Lagos, Brenda Múñoz, y María Mercedes Chavarría, según la unidad, que aseguraron que los custodios golpearon sin piedad a las presas políticas.

Esa coalición calificó esa acción como «un acto más de represión que sigue ejecutando este régimen asesino, que ha venido tratando de doblegar la voluntad de todas esas mujeres valientes amantes de la patria y la libertad de Nicaragua».

Esa unidad exigió al Gobierno sandinista cesar ese tipo de represión en contra de los presos políticos y que les respete sus derechos humanos.

Asimismo, demandó que se investigue a las encargadas del penal, Josefa Peña y Aracelly Zepeda.

Un grupo de once eurodiputados, encabezados por Ramón Jáuregui (PSOE), evaluó la situación política y social de Nicaragua en una visita de cuatro días, que concluyó hace dos semanas.

Los eurodiputados se declararon conmovidos por el «coraje y la dignidad de los presos políticos».

Nicaragua sufre una grave crisis que ha dejado 325 muertos desde abril, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos elevan a 561 las víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 199 y denuncia un intento de golpe de Estado.