Denver (CO) – A pesar de la reciente decisión del Gobierno federal de no colaborar con la Ciudad de Denver en la realización de ceremonias de naturalización para nuevos ciudadanos estadounidenses, Denver seguirá «reconociendo» a esas personas y facilitando su integración social, afirmó este miércoles una funcionaria local.
«Durante muchos años la Ciudad y el Condado de Denver han tenido el honor de celebrar sus nuevos ciudadanos. Lamentamos que la actual Administración (del presidente Donald Trump) haya decidido ya no trabajar con nosotros para organizar esas celebraciones, pero continuaremos reconociendo y sirviendo a los nuevos ciudadanos», expresó Rowena Alegría, de la oficina de derechos humanos de Denver.
Aunque la cooperación entre el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) y Denver para la organización conjunta de ceremonias de naturalización se interrumpió ya a mediados de 2019, las fricciones se acrecentaron recientemente luego de que Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) demandase a Denver por negarse a proveer información sobre cuatro indocumentados hispanos, un cargo que las autoridades locales firmemente rechazan.
De ahora en más, esas ceremonias, antes realizadas en edificios de la ciudad (por ejemplo, el Museo de Historia), tendrán lugar en edificios federales. Por eso, contrariamente a lo que sucedía previamente, el acceso del público a esas ceremonias ya no será libre como antes.
El pasado 21 de febrero, Jessica Collins, portavoz de USCIS, expresó en un comunicado que las ceremonias de naturalización son «una manera de proteger la integridad de nuestro sistema inmigratorio».
A la vez, Collins indicó que la falta de respuesta de Denver a los pedidos de ICE «tiene un impacto negativo» en la capacidad de los agentes federales de inmigración para resolver casos «relacionados con la seguridad nacional», por lo que «USCIS no podrá colaborar con la Ciudad de Denver mientras Denver no coopere con la misión de USCIS».
Pero, según Alegría, aunque esa cooperación entre los dos niveles del gobierno es deseable, y aunque, como el alcalde Michael Hancock aclaró en numerosas oportunidades, Denver no es una «ciudad santuario», la ciudad «seguirá ofreciendo un hogar en Estados Unidos a los nuevos ciudadanos».
Entre las iniciativas dedicadas a esa meta figuran el proyecto «Yo soy Denver», dirigido por Alegría, que compila y comparte historias reales narradas por residentes en la ciudad, y el proyecto «Estados Unidos es mi Hogar», de la oficina municipal de Asuntos de Inmigrantes y Refugiados.
Además, dijo, Denver colabora con la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes de Colorado para animar a todos los inmigrantes que califiquen a completar sus trámites de naturalización, y también con Servicios Familiares Luteranos para subsidiar el costo (hasta 700 dólares) de ese trámite para inmigrantes de bajos recursos.
Pero Denver también aprobó ordenanzas municipales que limitan la cooperación de la policía y los alguaciles locales con los agentes de inmigración a aquellos casos expresamente incluidos en las leyes federales. Y creó un programa para proveer de ayuda legal gratis a ciertos indocumentados.
«Queremos que todos los que viven en esta ciudad entiendan y participen del Gobierno local», aseveró Alegría.