Denver (CO) – Un campamento para personas desamparadas que durante años estuvieron en una zona industrial al norte del centro de Denver se mudará a un barrio hispano de la ciudad, anunció este martes la oficina de Planificación y Desarrollo Comunitario de la capital de Colorado.
La mudanza de las once viviendas de una «aldea de casitas» fue aprobada en la noche del lunes luego de que, a pedido de residentes del barrio de Globeville, se firmase un «acuerdo de buenos vecinos» por el que se redujo de cuatro años a tres años el tiempo máximo que el campamento podrá permanecer en la zona.
Además, la versión final del acuerdo expande la autoridad de la ciudad para realizar «periódicas inspecciones» de las pequeñas viviendas.
«Me enorgullece que pudimos encontrar una solución para que la Aldea Comunidad Amada pueda continuar proveyendo opciones de vivienda únicas, seguras y dignas para los residentes de Denver en situación de desamparo», dijo esta mañana en declaraciones preparadas el alcalde de Denver, Michael B. Hancock.
«El impacto positivo del simple hecho de contar con un lugar al que se puede llamar ‘hogar’ es inmenso. Vamos a respaldar el continuo éxito de esta comunidad en su nueva ubicación», indicó.
En la actualidad las «casitas» se encuentran en un estacionamiento de un sector industrial y en Globeville estarán en un terreno que incluye jardines y con un acceso próximo al transporte público.
Cole Chandler, de Colorado Village Collaborative, entidad que supervisa la denominada Comunidad Amada, indicó que el nuevo terreno tiene lugar suficiente para construir un «edificio central» que incluirá una cocina, lugares de reunión y servicios sanitarios.
Además, dependiendo de fondos y de permisos, podrían agregarse nueve viviendas adicionales a la aldea.
Tras la decisión oficial, la oposición a la «aldea» se ha intensificado.
Desde finales del mes pasado, el grupo Globeville First, formado con el propósito de impedir la llegada del campamento de desamparados a ese barrio, donde dos de cada tres vecinos es hispano, ubicó grandes carteles en la zona con el mensaje «No a la Aldea de Casitas en Globeville».
Ahora, en declaraciones enviadas a los medios, Rolanda Barnes, portavoz de ese grupo, sostuvo que los desamparados «ponen en peligro a la comunidad» y lamentó que Globeville tenga que «resolver una crisis» ajena a ellos.
Por su parte, Luna Raine, residente en la «aldea», afirmó que su pequeño hogar, al darle «un espacio para pensar», fue «su única oportunidad» para obtener un trabajo y hacer lo «necesario» para mantenerse a sí misma.