Tegucigalpa – La deportación de hondureños indocumentados entre enero y julio disminuyó en un 63.9 % con relación al mismo período de 2019, según cifras divulgadas ese sábado por el Observatorio Consular y Migratorio de Honduras.

En ese período, según un informe del Observatorio hondureño al que tuvo acceso Efe, fueron deportadas 25,636 personas frente a las 71,148 de entre enero y julio del año pasado.

Del total de inmigrantes, 13,864 provenían de México, 11,254 de Estados Unidos y 518 de países de Centroamérica, añadió.

El informe oficial detalla que en el período de referencia fueron retornados de México 1,724 niños y adolescentes hondureños, 1,064 desde Estados Unidos y 101 desde Guatemala, El Salvador y Belice.

Otros 19,557 deportados son hombres y 3,190 mujeres, indicó el Observatorio Consular de Honduras.

Un total de 4,663 de los hondureños indocumentados retornados habían salido de su país como parte de una caravana que tenía como destino final Estados Unidos, señaló el organismo.

En EEUU viven alrededor de un millón de hondureños, entre residentes legales e indocumentados, que han escapado de situaciones que afectan al país centroamericano como la violencia y la pobreza, según las autoridades en Tegucigalpa.

Los que viven en el exterior, principalmente en EEUU, envían remesas familiares, las que superan al año más de 3.600 dólares, de acuerdo con cifras oficiales.

La migración irregular a Estados Unidos desde el Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) se ha incrementado en los últimos años por la violencia y los altos niveles de pobreza que afectan a esos países.

Los indocumentados que cruzan México con rumbo a Estados Unidos están expuestos a robos, extorsiones, secuestros e incluso asesinatos por parte de bandas criminales, así como a abusos de autoridades corruptas, según fuentes oficiales.

Desde octubre de 2018 han salido varias caravanas con miles de centroamericanos, la mayoría hondureños, con el propósito de llegar a Estados Unidos.

Un centenar de hondureños intentaron salir a inicio de julio de su país como parte de una caravana con rumbo a Estados Unidos, pero fueron retenidos por las autoridades antes de llegar al punto de Corinto, fronterizo con Guatemala.

Los migrantes, como en otras caravanas, adujeron que pretendían abandonar la nación por la falta de empleo y la violencia, flagelos que se han agudizado por la crisis causada por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, que en Honduras ya deja 677 muertos y 25,428 contagios.