Charleston (EE.UU.) – El afroamericano Joseph McGill, Jr. lleva casi 15 años durmiendo en las chozas donde vivían los esclavos. Su objetivo es obligar a Estados Unidos a recordar el profundo y pertinaz racismo sobre el que se fundó la nación, una misión especialmente relevante ahora que las elecciones han reabierto las heridas de la guerra civil.
McGill comenzó esa travesía en 2010, impulsado por la frustración que sentía cada vez que visitaba una plantación de Carolina del Sur, el estado donde vive, y se encontraba solo con las mansiones blancas de los esclavistas y una versión distorsionada de la historia donde los propietarios eran buenos y los esclavos felices.
“Esa era también la forma en la que me habían educado, pero me di cuenta de que todo eso eran mentiras”, confiesa en una entrevista con EFE en una galería de arte de Charleston, donde se muestran fotos de su trabajo.
Ante esta revelación, tuvo la idea de dormir en las desvencijadas chozas de los esclavos en un intento por reconectar con sus ancestros y comprender mejor qué sentían al yacer sobre un suelo de tierra y vivir en un sistema que ni siquiera los consideraba personas.
Casi 15 años después de iniciar ese proyecto, bautizado ‘Slave Dwelling Project’, ha visitado más de 150 sitios donde vivían los esclavos en 25 de los 50 estados del país, además del Distrito de Columbia.
Despertar conciencias
McGill encarna un movimiento en ascenso en EE.UU. que busca concienciar sobre las raíces estructurales del racismo, el cual no solo desencadenó una guerra civil entre 1861 y 1865, sino que también persistió en el apartheid instituido por las leyes de Jim Crow en el sur del país hasta un siglo después del fin del conflicto.
Frente a estos esfuerzos se alzan Donald Trump y Nikki Haley, que en los últimos meses han cuestionado aspectos de la guerra civil aparentemente con el objetivo de ganar apoyo entre la base republicana y asegurar su nominación como candidato del partido para las elecciones de noviembre.
En concreto, Trump sugirió el mes pasado que, de haber estado vivo, podría haber “negociado” para evitar la guerra civil, mientras que en diciembre, Haley no mencionó a la esclavitud como causa principal del conflicto, aunque posteriormente rectificó.
En Carolina del Sur, donde los votantes deberán elegir entre uno u otro en las primarias del sábado, este tipo de comentarios adquiere un significado especial, principalmente para afroamericanos como McGill, quien ve con temor los intentos de ciertos sectores del Partido Republicano por borrar la historia de la esclavitud.
Hay, por ejemplo, gobernadores republicanos, como el de Florida y el de Texas, que han prohibido que se lean en las escuelas cientos de libros, sobre todo aquellos con personajes LGTBIQ+ o de temática racial.
“Están intentando crear una versión de la Historia con la que están cómodos. Pero eso no es verdad. No es la historia real. Lo que yo intento con mi proyecto es hacer llegar al público una Historia más honesta y que integra las voces de quienes fueron esclavizados. Les pone a ellos como protagonistas”, explica McGill.
Debates sobre el racismo de EE.UU.
Su proyecto ha evolucionado con el tiempo. Al principio, él era el único que se dedicaba a dormir en las chozas con un saco de dormir, pero ahora le acompañan grandes grupos, con muchos integrantes jóvenes, que debaten sobre ese racismo estructural de EE.UU. con la vista en el pasado y el presente.
Según relata McGill esos debates a veces se centran en los monumentos que aún existen en honor a la vieja Confederación, los 13 estados sureños que en 1860 y 1861 declararon la secesión para preservar la esclavitud. Otras veces se habla sobre cómo los policías matan de manera desproporcionada a jóvenes afroamericanos.
A veces, las discusiones pueden volverse acaloradas. McGill recuerda una vez en la que, en Nueva Orleans, tuvo que intervenir físicamente para evitar un altercado entre dos personas enfurecidas.
Sin embargo, para McGill, es importante hablar de esos temas precisamente porque son difíciles.
“Queremos evitar esos temas con demasiada frecuencia. Y eludirlos nos ha llevado a la situación actual, en la que algunas personas pueden llegar a negar que la esclavitud fue la causa principal de la guerra civil y hay gente que les cree”, reflexiona.
Solo aceptando la verdad, concluye, se puede aspirar a un futuro donde la Historia no esté en disputa.