Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Lilian Bonilla) – Llega otro Día del Trabajo y con esta fecha otra acostumbrada marcha del sector obrero, pero en esta ocasión lo más visible es el enorme número de personas con problemas de empleo que superan los dos millones.
– La marcha obrera ha sido controlada por Libre y el gobierno, desplazando a la clase obrera de su tradicional jornada de lucha.
– Setenta años después, el sector obrero recuerda la gesta histórica de la huelga de 1954 y valora legado.
– Dirigencia obrera llama a la unidad y la colaboración entre todos los sectores, para enfrentar la crisis laboral y social y propone una política de empleo y una mesa anticrisis.
De acuerdo a datos del propio Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), hay 2.3 millones de personas con problemas de empleo y el total de la fuerza de trabajo del país es de 3.8 millones, lo que indica que hay más ciudadano con problemas de un puesto de trabajo, de los que ocupan una plaza laboral.
Y los más afectados son los jóvenes, que de acuerdo a los datos oficiales tienen el 11.2 % de desempleo, casi el doble del desempleo global que es del 6.4 %, lo que los orilla mayormente a la migración.
Pero la crisis por el desempleo creciente, el marco en que celebraran los obreros el Día Internacional del Trabajo, se mantendrá ya que el país enfrenta el cierre de empresas y con las dificultades para ingresar al mercado laboral, especialmente para la juventud hondureña que ve su futuro de manera sombría.
Otro elemento a destacarse este Día Internacional del Trabajo es que la marcha ha sido asumida por el gobierno, ya que tanto el coordinador de Libre, Manuel Zelaya, como la presidenta Xiomara Castro han llamado a sus militantes a acompañar la movilización obrera.
El movimiento sindical en Honduras ha sido un actor clave en la lucha por los derechos laborales y humanos en el país centroamericano. Desde su surgimiento, ha enfrentado numerosos desafíos, incluida su relación con la política y la memoria de eventos históricos significativos, como la Huelga de 1954, cuando miles de obreros bananeros se levantaron en lucha por sus derechos.
No obstante, analistas e historiadores destacan que con el pasar de los años el sindicalismo ha sido desmantelado y por diferentes circunstancias, lo que lo ha llevado a un debilitamiento tal que casi se ha reducido a la negociación anual de un salario mínimo y una celebración de un día, el 1 de mayo. Y dicho sea de paso esa celebración más que una lucha colectiva es una fiesta de pelea de espacios de protagonismo de políticos, consignas y reclamos tibios de obreros que pareciera no quieren incomodar al gobierno de turno.
Una dosis de realidad laboral: 2.3 millones
de hondureños desempleados
En la actualidad las demandas de la clase obrera son muchas y los reclamos verdaderos por lograr soluciones para los trabajadores son escasas.
El Boletín de Laboral del Consejo Hondureño de la Empresa Privada 2024 revela que en Honduras más de 2.3 millones de hondureños tienen problemas de empleo, incluyendo subocupación, desalentados y potencialmente activos. También indica que la fuerza de trabajo en Honduras se redujo en 96,627 personas en 2023, en comparación al 2022. La fuerza de trabajo (ocupados + desocupados) se compone de 3.8 millones de hondureños.
El mismo documento de investigación remarca que, a pesar de que el desempleo disminuyó en cifras oficiales, esto no se vio reflejado en un aumento de las personas ocupadas en comparación con el año anterior.
El Cohep menciona en su boletín que, hasta el momento, el Instituto Nacional de Estadística (INE) no ha explicado oficialmente la causa de la reducción en la fuerza de trabajo, sin embargo, puede asociarse, con la emigración, ya que un creciente número de personas decide abandonar el país en busca de mejores oportunidades laborales.
Según datos de conocedores del tema laboral, de acuerdo con la Población Económicamente Activa (PEA), en el país se deberían crear unos 120 mil nuevos empleos formales al año, no obstante, esos empleos no se generan, por el contrario, se están perdiendo.
Pero los conocedores insisten en que, en el tema del desempleo, el problema principal continúa siendo el subempleo visible e invisible, ambos en su totalidad representaron 1.8 millones de hondureños.
Otro dato que alarma es el de las personas desalentadas que es una cifra de 337 mil hondureños. Aunque no hay un dato real se infiere que muchos de ellos son hondureños que emigran en busca de oportunidades. Algunos sondeos de economía indican que 5 de cada 10 hondureños tienen intención de migrar en la actualidad por falta de oportunidades de empleo en el país
Según datos del Cohep, los más afectados en cuanto a las cifras son las mujeres ya que del total de desalentados el 69 % corresponde al género femenino; asimismo otro porcentaje altamente afectado son los jóvenes entre los 15 y 29 años de edad.
El más reciente informe 2024, da cuenta que la tasa de desocupación juvenil en Honduras alcanzó 11.2% en el 2023, que equivale a 144, 774 jóvenes sin empleo. Esta tasa es casi el doble de la tasa de desocupación general que es de un 6.4%.
Política de Empleo
El secretario adjunto de la Central General de Trabajadores (CGT), Benjamín Vásquez, en cuanto a las preocupaciones sobre el desempleo en el país, expresó su insatisfacción con las políticas actuales. «No estamos satisfechos con lo que se ha hecho hasta ahora. Planteamos la necesidad de una política de empleo que brinde oportunidades reales, especialmente para los jóvenes», declaró.
El desempleo creciente, el cierre de empresas y la falta de oportunidades laborales son realidades que afectan a la población, especialmente a los jóvenes, quienes enfrentan dificultades para acceder al mercado laboral. «Es necesario un cambio en la política de empleo que fomente la inversión extranjera y genere empleos dignos», subrayó Vásquez.
El dirigente hizo un llamado a la unidad y la colaboración entre todos los sectores para enfrentar la crisis laboral y social. «Lo mejor es una política de empleo y una mesa anticrisis que no tenga protagonistas, sino que tenga como objetivo mejorar la situación para todos», concluyó Vásquez.
Revitalizar lucha por los trabajadores
El dirigente obrero, José Luis Baquedano, reflexionó en entrevista con Proceso Digital, que el movimiento sindical debe revitalizar sus luchas y seguir lidiando por los derechos laborales y humanos en Honduras.
Entre los principales desafíos, a abordar este Primero de Mayo, menciona: El respeto a los derechos laborales y humanos, el cumplimiento del salario mínimo por parte de los empresarios, la expansión de la seguridad social como un derecho humano, la generación de empleo y la inversión urgente para combatir la corrupción; la consideración de la migración, el desempleo y la pobreza como temas prioritarios.
Ante la consulta sobre la politización y cooptación de la lucha obrera por parte de la política vernácula, Baquedano señala que históricamente los partidos políticos se han movilizado junto al movimiento obrero en el Primero de Mayo, evidenciando que las bases de estos partidos son el mismo pueblo hondureño, que siempre los han acompañado en las calles.
En cuanto a la marcha convocada desde el gobierno, Baquedano expresa que no les preocupa siempre y cuando no se convierta en un “mitin político”, ya que la movilización es del sector laboral y se espera que se respete la participación popular sin intervención política.
El sociólogo Lelys Paz, en conversación con Proceso Digital, analizó, que hay un cambio de perspectiva con el nuevo gobierno, que parece favorecer una mayor libertad para la organización y el movimiento sindical.
También destaca la necesidad de superar la división y la desconfianza generadas por líderes sindicales que se dejaron seducir por intereses particulares, en lugar de defender los derechos de los trabajadores.
En ese sentido, advierte contra la politización excesiva del liderazgo sindical, abogando por un enfoque más centrado en las verdaderas necesidades de los trabajadores. Concluye destacando la importancia de una mayor formación sobre la realidad nacional entre la sociedad hondureña, como base para fortalecer la lucha por los derechos laborales y sociales en el país.
La gran Huelga Bananera: Un punto de inflexión
en la historia del movimiento obrero en Honduras
Este año la celebración del sector obrero trae como particularidad la conmemoración del 70 aniversario de la Gran Huelga Bananera, lo que para los especialistas es una oportunidad para reflexionar sobre su impacto perdurable en la historia obrera de Honduras, y la importancia de mantener viva la esencia de las luchas que lleven a significativas conquistas de los trabajadores.
El historiador Rubén Darío Paz, destacó cómo este movimiento de 69 días paralizó no solo la industria bananera, sino también la conciencia nacional ante las promesas incumplidas de las trasnacionales.
Paz, contextualiza la huelga como el resultado de décadas de injusticias sufridas por los trabajadores.
Uno de los aspectos remarcados por el historiador, es la destacada participación de las mujeres en la huelga, quienes, además de cumplir con sus responsabilidades familiares, desempeñaron un papel fundamental en la organización de mítines, la preparación de alimentos y la recaudación de fondos, demostrando su compromiso con la causa colectiva.
La huelga no solo logró mejoras significativas en las condiciones de vida de los obreros, sino que también marcó un antes y un después en la historia del movimiento obrero hondureño. La promulgación de un Código del Trabajo representó una victoria importante, mientras que el papel de los líderes comunistas y progresistas, el Partido Liberal fue crucial en la resistencia contra las transnacionales y los gobiernos militares, detalló Paz en plática con Proceso Digital.
Sin embargo, tras la huelga, los grupos de poder se aferraron al control a través de gobiernos militares, desencadenando una represión violenta contra el movimiento obrero. A pesar de los esfuerzos posteriores, como la huelga de 1965, la represión militar y el exilio continuaron siendo una amenaza constante para los trabajadores, evocó.
Paz también reflexionó sobre el devenir del sindicalismo en Honduras, destacando su fuerza inicial, representada por la Confederación General del Trabajo (CGT). Sin embargo, señala cómo la falta de formación académica, la corrupción y la falta de relevos generacionales han debilitado al movimiento sindical, siendo absorbido en gran medida por los partidos políticos tradicionales.
La Ruta este 1 de Mayo
El secretario Adjunto de la Central General de Trabajadores (CGT), Benjamín Vásquez, anunció que diversas organizaciones sindicales han acordado llevar a cabo una manifestación unificada en Honduras. El evento, está programado para partir a las 7 de la mañana desde Casa Barahona hacia el Parque Central por toda la Segunda Avenida de Comayagüela, contará con la participación de la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH), La Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras o CUTH y la CGT.
Pormenorizó que, al concluir la marcha, se leerá un documento preparado, el cual será presentado por el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Bebida, Similares (STIBYSS), Fernando Espinal.
«Se abordarán temas cruciales como la canasta básica, salud y educación, los cuales forman parte de un documento extenso de 15 puntos, elaborado por las centrales obreras en una comisión conjunta.
La manifestación no solo busca visibilizar las demandas laborales, sino también generar un espacio de diálogo constructivo. Vásquez instó a la creación de una comisión para dar seguimiento a las propuestas y garantizar su cumplimiento. «La convocatoria la hace el sector trabajador, pero aquellos que se sumen serán bienvenidos, siempre y cuando el protagonismo lo mantenga la clase trabajadora», afirmó.
Movimiento Sindical: entre la lucha
por los derechos y la influencia política
Los analistas y conocedores de la historia exponen que la relación entre el movimiento sindical y la política en Honduras ha sido compleja y dinámica. Históricamente, los sindicatos han buscado aliados en el ámbito político para avanzar en sus demandas y proteger los intereses de los trabajadores. A su vez, los partidos políticos han buscado el apoyo de los sindicatos para fortalecer su base social y legitimidad.
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Sin embargo, esta relación no ha estado exenta de tensiones y conflictos. En ocasiones, los intereses políticos han prevalecido sobre las demandas sindicales, lo que ha llevado a divisiones y desconfianza dentro del movimiento obrero. Además, la cooptación política ha sido una preocupación constante, con algunos partidos tratando de instrumentalizar a los sindicatos para sus propios fines.
En la actualidad, el movimiento sindical enfrenta nuevos desafíos, incluida la influencia creciente de intereses particulares y la vulnerabilidad de los derechos laborales en un entorno político y económico cambiante. LB