Tegucigalpa – Casi una veintena de féminas ya pasaron a formar parte de las trágicas e impunes estadísticas de violencia que ubican a Honduras entre los cinco países con mayores tasas de femicidios en el planeta. Este 25 de enero que se celebra el Día de la Mujer hondureña, este sector de la población lo conmemora bajo escenarios cruentos, constantes violaciones a sus derechos y un clamor generalizado de justicia.

Desde niñas, pasando por mujeres jóvenes con un futuro prometedor, hasta adultas, no escapan de horrendos crímenes que acaban con sus vidas sin encontrar eco en los operadores de justicia que rara vez logran capturar o juzgar a sus victimarios.

Constantemente las mujeres reclaman justicia.

El 25 de enero se conmemora en honor a la primera vez que las mujeres, en Honduras, obtuvieron el derecho al voto en 1955. Este día simboliza la lucha por la igualdad de derechos y la participación activa de las mujeres en la vida política y social del país.

En su toma de posesión –el 27 de enero de 2022– la presidenta Xiomara Castro alzó la voz para afirmar “no más silencio ante los feminicidios” y a renglón seguido acentuó: “ya no más violencia contra las mujeres, voy con todas mis fuerzas para cerrar la brecha y generar las condiciones para que nuestras niñas puedan desarrollarse plenamente y vivir en un país libre de violencia. Mujeres hondureñas, no les voy a fallar, voy a defender sus derechos, todos sus derechos, cuenten conmigo”.

De acuerdo a los reportes de Proceso Digital, este año suman 17 mujeres muertas en entornos de violencia, muchos de ellos contados bajo espeluznantes episodios que tan solo se convierten en patrones cotidianos de una inseguridad que no cesa.

Las víctimas, en su mayoría, son mujeres que dejan hijos, madres, hermanos, amigos y una sociedad impávida que ve cómo se normaliza la violencia.

Otro dato es que muchas de estas muertes fueron cometidas con arma de fuego y arma blanca, por sus parejas, exparejas o simplemente un hombre que creyéndose “muy macho” les quitó la vida a sabiendas que difícilmente lo tocará el brazo de la justicia.

Hasta el Palacio de Justicia ha llegado las protestas por las muertes de mujeres.

En otros casos, la inseguridad que está a la orden del día en Honduras, provocó que también estas mujeres fueran víctimas de la criminalidad común u organizada.

Las edades comprenden desde los 16 a los 65 años, mujeres que se ganaban la vida trabajando honestamente para mantener a sus familias que hoy lloran sus partidas y que esperan que estas muertes no queden en la impunidad.

Proceso Digital comparte con sus lectores las historias que este año enlutan a todo el país que llora por la falta de políticas públicas para proteger a las mujeres que se han vuelto blancos vulnerables a este flagelo.

Damaris Hernández

El primer día del año, una pareja fue atacada a disparos en el municipio de San Marcos, departamento de Santa Bárbara, occidente de Honduras.

En esa oportunidad, las víctimas fueron identificadas como Melvin Solís y Damaris Hernández. El crimen ocurrió en el sector conocido como parque Lomas de la Cruz en el barrio Guadalupe.

Los ahora occisos eran pareja y tenían dos hijos en común.

Ingrid Aracely Valladares

Ingrid Aracely Valladares, una joven de 16 años, madre de una niña de seis meses, residía junto a su pareja Jorge Pavón Maldonado de 35 años.

El 2 de enero, Pavón Maldonado llegó a la vivienda donde residían en la comunidad de Dificultades, municipio de El Paraíso e inició con una fuerte discusión.

La menor Ingrid Valladares fue asesinada por su pareja.

La madre de la jovencita llegó a la vivienda en el momento que ambos discutían tras encararlo porque estaba maltratando a su hija, tomó en sus brazos a la bebe de seis meses Nayrobi Elizabeth mientras el hombre sacaba una pistola para disparar contra su pareja, infiriéndole un disparo a la menor y a la suegra, posteriormente se dio a la fuga.

Familiares trasladaron a la madre de la joven, quien recibió un disparo que le rozó el codo y la bebé recibió un impacto en la cabeza que la hizo perder su ojo izquierdo, mientras Valladares murió en forma instantánea.

Tras días prófugo, la Policía Nacional ofreció una recompensa de 200 mil lempiras para dar con su paradero. Una vez rodeado, Pavón Maldonado decidió quitarse la vida disparándose en su cabeza, pero quedó gravemente herido y permaneció cuatro días en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Escuela hasta que murió.

El hecho violento que cometió Pavón Maldonado generó consternación a nivel nacional, ya que la mujer -todavía niña- perdió la vida y su hija de seis meses el ojo izquierdo.

Los presuntos victimarios de Ruth Mejía fueron dejados en libertad por un juez.

Ruth Saraí Zepeda Mejía

En el barrio Dolores en el municipio de Santa Rosa de Copán, occidente de Honduras, fue atacada a disparos Ruth Sarahi Mejía (29), también conocida con el alias de “Pizuca”.

La fémina caminaba por una de las calles del lugar en mención cuando un vehículo la interceptó, uno de los hombres se bajó del mismo y la atacó a disparos infiriéndole nueve tiros en su cuerpo, la mujer cayó al suelo y los sicarios se dieron a la fuga, sin embargo en un retén policial les dieron captura.

Los agentes policiales indicaron que la víctima portaba varios envoltorios de droga, por lo que se presume que se dedicaba al narcomenudeo.

La fémina era madre de un niño de siete años y era originaria de San Pedro Sula. Sus victimarios fueron dejados en libertad pese a que un video captó el momento del ataque. Se levantó una investigación para procesar al juez que ordenó los dejarán en libertad, pero este es otro de los casos de impunidad de los tantos que ocurren en el país.

Yessy Michelle López Mairena

La mañana del viernes 5 de enero, se registró el hallazgo del cadáver de una mujer semidecapitada, en una solitaria calle del barrio La Segovia, en el municipio de Santa Lucía, Francisco Morazán.

Se trata de Yessy Michelle López Mairena, de 30 años, reportada como desaparecida por sus parientes desde un día antes en la misma zona donde localizaron su cuerpo.

López Mairena era madre de dos hijos y se dirigía hacia su vivienda tras salir hacer unos mandados cuando fue interceptada por sujetos que le quitaron la vida.

Irma Fajardo

Otro hecho violento contra mujeres se registró el 6 de enero en la comunidad de Mezapa, Atlántida, donde la propietaria de una bodega de abarrotes perdió la vida luego que malvivientes la atacaran con un arma blanca, en el interior de su propio negocio.

La víctima fue identificada como Irma Fajardo, de 65 años, y según la Policía, los delincuentes trataron de asaltarla, pero ella se resistió y éstos, al no lograr su cometido, le infirieron varias puñaladas en el cuello.

Fajardo expiró en pocos minutos y su cadáver quedó tendido dentro del local comercial que también era su vivienda. Tras cometer el crimen, los asesinos se fugaron de la zona, sin embargo, días después se capturó a uno de los supuestos responsables del crimen. La mujer vivía sola en la vivienda, según confirmaron vecinos del lugar.

Elsa Nohemí Orellana

Elsa Orellana en vida.

Elsa Nohemí Orellana, de 23 años, era la hija primogénita de un pastor del barrio Buenos Aires de Santa Rosa de Copán, quien fue encontrada asesinada, junto a su hermano de 16 años, el pasado 6 de enero en horas de la tarde.

La joven fue encontrada en unas colchonetas boca abajo, atada de sus manos y con heridas de arma blanca.

Orellana no tenía hijos, ni se había casado, era una jovencita que se dedicaba a brindar la palabra de Dios junto a su padre.

Según las autoridades policiales en este caso ya fue capturada una persona que habría participado en el doble crimen.

Keydi Marisol López Vásquez

Foto en vida de Keydi Marisol López.

En la colonia San Carlos de Catacamas, Olancho, una joven de 23 años identificada como Keydi Marisol López Vásquez fue asesinada por sujetos que le salieron al paso con el fin de robarle su motocicleta.

A dicha acción, López Vásquez se opuso y los antisociales le infirieron varios disparos.

Familiares en su afán de salvarle la vida la trasladaron a un centro asistencial de la zona donde minutos más tarde, murió. López Vásquez era madre de tres hijos y trabajaba para ayudar a sus padres y mantener a sus vástagos.

Reyna Oliva

La tarde del lunes 8 de enero, se informó el hallazgo del cuerpo en estado de descomposición de una mujer en el barrio La Trinidad en Catacamas, departamento de Olancho.

La víctima fue identificada como Reyna Oliva, de 30 años, quien había sido reportada como desaparecida desde el primer día de 2024, ella tenía cuatro hijos y los había dejado solos ya que había salido a comprar.

Las autoridades informaron que recopilaban pistas para llegar hasta el fondo de este caso, ya que su cuerpo fue encontrado en una cuneta cerca de un campo de fútbol de la zona.

Dione Solórzano

Dione Solórzano, de 27 años, es una de las tres jóvenes encontradas sin vida junto a sus amigas María Antonia Cruz Nikendra McCoy en el interior de un vehículo en Roatán, Islas de la Bahía.

En el caso de Solórzano había regresado al país hace 15 días procedente de Estados Unidos y tuvo una relación sentimental con Gilbert Reyes, el principal sospechoso de la muerte múltiple, con quien procreó un hijo.

Según se informó, Reyes tenía problemas con Solórzano porque era violento y ella le había informado que no estaría más con él.

Una pariente de Dione detalló que “Reyes cuando venía a Roatán se quedaba en la casa de mi prima, si ella hubiese sabido que esa salida le costaría su vida, no sale con él y sus amigas, porque ella las invitó a las otras dos”.

Nikendra McCoy

Nikendra McCoy estaba próxima a cumplir los 28 años el próximo 12 de febrero, hoy su familia y amigos también lloran su partida al igual que su pequeño hijo Connor.

La joven laboraba para una empresa de Canopy de la zona por lo que también era muy conocida y querida.

En tanto, Maya McCoy, una de sus hermanas, lamentó el suceso y le prometió en un mensaje cuidar de su hijo: “Me dejaste con dolor (…) no puedo procesar nada de esto, ¿por qué hermana? es algo que nadie jamás imagina, desearía que todo fuera simplemente irreal».

Las tres jóvenes asesinadas en Roatán.

María Antonia Cruz

Mientras que María Antonia Cruz, de 26 años, también era madre de un niño, fue invitada por Dione y laboraba en uno de los hoteles de la zona.

Según su hermano, ella ese día no quería salir, pero su amiga tenía varios días de no verla y accedió a acompañarla, “ella se dedicaba a trabajar por su hijo, era una madre y hermana amorosa, mis padres están destrozados”, manifestó.

Sostuvo que todas trabajaban y como toda chica con sus amigas salían a departir de vez en cuando, “ellas no eran mujeres de la vida alegre como vi en uno de los mensajes en redes, ellas trabajaban para mantener a sus familias y sus hijos”, arguyó.

El joven también hizo un llamado a las jóvenes de la isla a no deslumbrarse por hombres que llegan a visitar la zona ya que podrían terminar como su hermana y sus amigas.

Las jóvenes habían salido a departir al sector de Punta Gorda y, posteriormente, se dirigieron a un restaurante ubicado en “Politilly Bight”, en búsqueda de comida y fue la última vez que fueron vistas, se informó.

El lunes Gilbert Reyes fue visto en el aeropuerto Juan Manuel Gálvez donde pagó una multa para adelantar su viaje hacia Estados Unidos. Un taxista de la zona dijo que el hombre iba con su ropa sucia al momento que se dirigía hacia al aeropuerto.

Yesli Yoliset Fonseca

La menor de 17 años fue asesinada a balazos a inmediaciones de la colonia El Progreso en Comayagüela.

La malograda jovencita fue bajada de un vehículo cuando caía la noche del 11 de enero y luego le infirieron varios impactos de bala.

Heidi Yamileth Rivera

Le quitaron la vida en el barrio Las Colinas en la comunidad de Pinalejo en Quimistán, departamento de Santa Bárbara.

Sujetos desconocidos llegaron al lugar, frente a un expendio de bebidas alcohólicas, y le dispararon en reiteradas oportunidades. La mujer platicada con un amigo cuando fue atacada por sus victimarios.

Rivera Solís (36), era conocida en la zona con el alias de “La Gorda” y originaria de San Pedro Sula. El suceso consternó a los pobladores del barrio Chimiscal.

Gavidia Nolasco

El suceso violento ocurrido en San Juan Intibucá, occidente de Honduras, cobró la vida de Gavidia Nolasco.

La mujer fue asesinada de varios disparos y el suceso ocurrió en la vivienda de la fémina en la comunidad de Azacualpa.

Olga Dubón

Esta mujer perdió la vida a manos de un hombre que se le fue a golpes hasta matarla. El hecho ocurrió en las cercanías de las oficinas de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), en la comunidad de El Salto, municipio de El Níspero, Santa Bárbara.

Según el reporte de medios locales de Santa Bárbara, indican que el perpetrador usó un garrote para acabar con su vida.

Lourdes Portillo Urrutia

Esta mujer de 27 años perdió la vida luego de caer de una segunda planta en su vivienda en Santa Cruz de Yojoa, Cortés.

Según se informó, la mujer habría tenido una discusión con su esposo, pero la investigación de los cuerpos de seguridad no arrojó mayores detalles.

Fabiana Mariana Mateo Barahona, asesinada en SPS.

Fabiana Mariana Mateo Barahona

Esta mujer de 31 años fue ultimada a balazos en horas de la madrugada del 23 de enero en los bordos de la colonia Valle Número 2 de San Pedro Sula. Su cuerpo quedó dentro de un carro tipo camioneta color gris placa HDR6324.

La fémina fue encontrada en el asiento del pasajero y vestía una blusa a rayas blanco con celeste y falda de color negro.

Familiares dijeron que la mujer estaba próxima a viajar a otro país porque en Honduras se le habían cerrado todas las oportunidades laborales.

2023 registró 380 asesinadas

De acuerdo a un boletín sobre Muerte Violenta de Mujeres y Femicidios presentado hace unas horas por el Observatorio Nacional de la Violencia adscrito al Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (ONV-IUDPAS) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), revela que en 2023, 380 mujeres murieron de forma homicida en el país, una cada 23 horas con 3 minutos.

El comparativo de la tasa de víctimas muestra un aumento al pasar de 6.3 en 2022 a 7.6 en 2023, cifra que equivale a 72 muertes violentas y femicidios más.

El 56.5 % de las víctimas eran mujeres adultas y de la tercera edad, 29.7 % mujeres jóvenes y 6.8 % niñas. El arma de fuego, como cada año, fue el principal instrumento utilizado para atacar a las mujeres al acumular el 66.6 % de los casos registrados.

Junio fue el mes con más registros al sumar 87 víctimas, 46 de ellas en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS). Los municipios con mayor incidencia al sumar el 40.0 % del total de muertes fueron: Distrito Central (23.4 %), San Pedro Sula (6.8 %), Puerto Cortés (3.7 %), Choloma (3.7 %) y Juticalpa (2.4 %).

Escenarios de violencia y violaciones a sus derechos

Las mujeres hondureñas conmemoran, este 25 de enero, el Día de la Mujer, en un escenario donde se enfrentan a situaciones de desigualdad, discriminación, violencia, abusos y un trato desigual tanto en su hogar, como en su entorno de trabajo y sus comunidades reveló el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh).

El ente estatal indicó que, a la violencia delincuencial y criminal, que ha caracterizado al país, en las últimas décadas, las mujeres se enfrentan ahora a otro “ingrediente”, la violencia política, caracterizada por recibir amenazas, agresiones, atentados e incluso más de una docena de muertes violentas.

La titular del Conadeh, Blanca Izaguirre, expresó su preocupación ya que a pesar de los diferentes casos de violencia política no se ha ejercido una debida diligencia para esclarecer los hechos y prevenir la repetición de los mismos.

Indicó que la ausencia de una respuesta, por parte de las entidades correspondientes, ante la violencia que sufren las mujeres, genera un ambiente de impunidad que perpetúa y normaliza la violencia. 

Para garantizar la política libre de violencia es necesario que el Estado hondureño fortalezca los mecanismos para prevenir discursos de odio contra las mujeres políticas, defensoras de derechos humanos y contra las mujeres cuando ya están en los puestos de decisión.

Mujeres hondureñas excluidas y discriminadas

Las mujeres, en Honduras, representan el 53.3% de la población del país estimada en 9.7 millones de personas, sin embargo, son mayormente excluidas y discriminadas.

Sus tasas de analfabetismo son más altas, especialmente en las zonas rurales, y tienen más dificultades para acceder a la educación y programas de formación técnica y profesional, lo que incide en una mayor inequidad en el acceso al mercado laboral.  Otro aspecto destacado es que el 37.2% de los hogares en Honduras tiene por jefe a una mujer.

La crisis de seguridad alimentaria, la violencia por la presencia y accionar de grupos de narcotráfico, maras y pandillas, organizaciones criminales transnacionales, el cambio climático y los desastres naturales han hecho que, actualmente, existen cerca de 3.2 millones de personas con necesidades humanitarias en el país, de las cuales el 60 % son mujeres.

Ante el cambio climático, las mujeres se han vuelto más vulnerables y expuestas a violaciones a sus derechos, lo cual contribuye a profundizar la estructural marginación y exclusión de ellas en procesos económicos, sociales, políticos y de construcción de paz, según el Conadeh.

Impunidad y Acceso a la justicia

A pesar del derecho que tienen para que se les brinde protección y tener libre acceso a la justicia, las mujeres están siendo violentadas de forma desproporcionada, lo cual se ve reflejado en el alto índice de muertes violentas, femicidios y los altos niveles de impunidad.

Se estima que entre el 2020 y el 2023 alrededor de 1,350 mujeres perdieron la vida violentamente en el país.

El 2023, se constituyó en el más violento de los últimos cuatro años, al registrar cerca de 400 muertes violentas de mujeres, a las que se deben sumar casi una veintena  que perdieron la vida en iguales circunstancias en los primeros 20 días del año 2024.

Se estima que en Honduras, entre el 2002 y lo que va del 2024 han muerto más de 8,100 mujeres en circunstancias violentas, de las cuales, el 95% de los casos estarían en la impunidad, convirtiendo a este país centroamericano en uno de los más violentos para las mujeres.