Riad – La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, conversó hoy con el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, en Riad sobre los planes del Gobierno para encontrar una solución ordenada al problema de la deuda.

“El ministro Guzmán y yo tuvimos un fructífero intercambio de puntos de vista sobre los desafíos del país y el camino para asegurar un crecimiento más sostenible e inclusivo en Argentina», indicó Georgieva, según un comunicado difundido por el FMI.

Georgieva, que se entrevistó con Guzmán en Riad, donde ambos participan en la reunión de ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales del G20, destacó los esfuerzos del Gobierno de Alberto Fernández para estabilizar la economía y reducir la pobreza.

«También conversamos de los planes de las autoridades para asegurar una resolución sostenible y ordenada de la situación de la deuda de Argentina», afirmó.

La directora del mecanismo multilateral de crédito también elogió el compromiso para aumentar la colaboración y avanzar hacia un plan apoyado por el Fondo.

“Como he dicho desde el primer momento, nuestro compromiso y foco está con Argentina y su pueblo. Queremos ver la economía argentina recuperarse de manera duradera, la pobreza reducida y los argentinos prósperos», dijo.

El FMI concluyó el miércoles su primera visita a Argentina desde la asunción de Alberto Fernández y avaló el análisis del Gobierno de que la deuda del país «no es sostenible», al tiempo que pidió una «contribución» a los acreedores privados.

Según la Secretaría de Finanzas argentina, a finales de diciembre la deuda bruta de Argentina ascendía a 323.177 millones de dólares, de los que unos 194.000 millones corresponden a deuda en títulos públicos a medio y largo plazo.

El Gobierno argentino aspira a concluir el proceso de renegociación de su deuda externa a finales de marzo, un plazo considerado demasiado ambicioso para los analistas, sobre todo después de que la provincia de Buenos Aires no pudiera posponer tres meses el pago de un bono por 250 millones de dólares al no conseguir el 75 % de adhesión de los tenedores.