Londres – Con quejas, aspavientos y un nivel dudoso, Novak Djokovic deshizo el entuerto en el que se metió contra el invitado local Jacob Fearnley, al que terminó aplaudiendo, para meterse en la tercera ronda de Wimbledon (6-3, 6-4, 5-7 y 7-5).

El serbio, que hizo un partido rarísimo para su estatus de leyenda y la mejoría física que ha experimentado en los últimos días, sigue dando pasos en un torneo que ha ganado siete veces y en el que le empieza a sonreír la fortuna, ya que Hubert Hurkacz, uno de los cocos de su cuadro, se ha retirado lesionado.

El polaco se lo hizo pasar muy mal el año pasado, en un ajustado partido a cuatro sets y con el mejor saque del circuito amenazaba con repetir este año, pero una lesión de rodilla, en una caída en el partido contra Arthur Fils, despeja el camino del de Belgrado, que no tuvo oposición este jueves contra Fearnley.

Este chico de 22 años, invitado por la organización y en el puesto 277 del ránking, fue una molestia más que ligera para el número dos del mundo, al que, sin embargo, se le vio ligeramente desquiciado en ciertos momentos, especialmente en el tercer set, y con malos gestos hacia su banquillo.

Tras dos sets muy cómodos, en los que aprovechó las dos bolas de rotura que tuvo y salvó la que única que disfrutó Fearnley, Djokovic se metió en un pequeño entuerto al regalar su saque con 3-2 a favor.

El siete veces campeón, con servicio y a tres juegos de la victoria, se veía ya en el vestuario, pero Fearnley, que soltó la mano cuando ya no tenía nada que perder, rompió el saque de Djokovic por primera vez en el partido y salvó las tres siguientes oportunidades que tuvo el serbio.

Sin Roger Federer en el palco real, que decidió no salir a ver a uno de sus archirrivales en el circuito, Djokovic se complicó el partido sin sentido alguno y con un nivel deplorable en el final del tercer set y en el cuarto, donde estuvo a dos puntos de meterse en un problema aún mayor.

Fearnley, por fortuna para el serbio, es ajeno completamente a esta clase de situaciones y en cuanto sintió la presión de verse cerca del quinto implosionó. Una doble falta entregó su servicio a Djokovic en el ocaso del cuarto set y el serbio se dejó de una vez por todas de dudas y quejar y selló su presencia en la tercera ronda de Wimbledon.

«Quizás debería haber ganado en tres sets. Por cómo hemos jugado el partido se merecía ir al quinto, pero estoy muy contento de que no haya ocurrido. No he estado muy cómodo en el tercer y el cuarto set, pero hay días en los que sabes que no vas a estar al 100 %. Ha sido una victoria y es lo que cuenta», explicó Djokovic a pie de pista.

En la siguiente ronda, el serbio se medirá a Alexei Popyrin, que derrotó al argentino Tomás Martín Etcheverry. Djokovic ha ganado los dos partidos ante el australiano, en Tokio 2019 y en el pasado Abierto de Australia, donde, eso sí, se dejó un set.