Tegucigalpa – Gremios de maestros del sector público de Honduras están dispuestos a retomar las clases presenciales este año si el Gobierno garantiza las condiciones y las medidas sanitarias para evitar contagios de covid-19, señalaron este lunes a Efe dirigentes educativos.
«Nosotros no hemos estado renuentes a retornar a las aulas de clases, pero hay una necesidad, es una urgencia de retornar a las aulas, si el Gobierno de Xiomara Castro nos garantiza esas condiciones de atenuar los riesgos, creo que el 1 de febrero estaríamos regresando», dijo el presidente del Colegio de Profesores de Educación Media, Fidel García.
Señaló que para volver a las aulas es necesario garantizar la vacunación pediátrica contra el coronavirus, tener una infraestructura adecuada, acceso a servicios públicos, como el agua, la merienda escolar y la matrícula gratis.
REZAGO EDUCATIVO
«La disposición para retornar a clases existe, entendemos que es una necesidad, hemos tenido un rezago académico increíble, igual que en el mundo, pero en nuestro país ha sido alrededor de ocho o diez años, sumado al retraso que ya teníamos», subrayó García.
El Gobierno de Honduras cerró los centros educativos a mediados de marzo de 2020, menos de un mes después del inicio del año escolar, que va de febrero a noviembre, debido a la pandemia de la covid-19.
Tras la suspensión, las clases se han impartido a distancia, lo que ha afectado a miles de niños, principalmente los más pobres, que, por falta de internet, no han asistido a sus asignaturas.
De un total de 1,3 millones de estudiantes matriculados en 2020 en Honduras, solo 600.000 concluyeron el año escolar, lo que pone al país centroamericano en una «situación de calamidad en el tema educativo», afirmó García.
En su opinión, la pandemia de covid-19 ha desnudado las carencias del sistema educativo en Honduras, país al que le llevará entre «seis u ocho años para reparar este daño histórico» en materia de educación.
«En Honduras necesitamos una verdadera revolución educativa, no un remiendo o un parche; se requiere un cambio radical comenzando por el currículum nacional básico que responda a los intereses de la sociedad, pero también que enseñe a los hondureños a pensar y ser críticos», explicó.
AUMENTAR PRESUPUESTO A LA EDUCACIÓN
A García le preocupa que el aumento de contagios de la covid-19 pueda retrasar el regreso a las clases presenciales, pero confía en que si el Gobierno suministra «material de bioseguridad», vacuna a los niños y a los docentes, «no habría ningún problema» para que los profesores retornen a las aulas.
Sin embargo, señaló que apenas el 10 % de los 24.000 centros educativos del país tienen sistema de alcantarillado, un 45 % tiene condiciones óptimas en el manejo de agua potable, mientras otros carecen de energía eléctrica y presentan problemas estructurales.
«Hay mucho que hacer en el sistema educativo», enfatizó García, quien dijo que el nuevo Gobierno debe apostar por la educación y aumentar el presupuesto a ese sector, para «tener una mejor cobertura».
Cerca de dos millones de niños y jóvenes están fuera del sistema educativo en Honduras, por lo que el dirigente considera que el retorno de estos menores a las aulas es el «gran reto» de maestros y padres de familia.
CLASES SEMIPRESENCIALES O PRESENCIALES
El presidente del Colegio de Pedagogos de Honduras, Edwin Hernández, coincidió con Fidel García en que el retorno a las aulas es una necesidad, pero también lo es la vacunación de niños de entre 5 y 11 años.
«La vacunación nos va a permitir la posibilidad de comenzar el año escolar ya sea semipresencial o presencial», subrayó Hernández, quien dijo que los gremios de maestros esperan que en la primera semana de abril al menos el 65 % de los estudiantes reciban clases de forma presencial.
Afirmó que no retornar a aulas en 2022 sería «un desastre» para los estudiantes en Honduras, donde el 68 % de los alumnos no recibieron clases en 2021 por falta de un ordenador e internet.
Hernández señaló que el sector educativo ya estaba en crisis antes de la llegada de la pandemia, que deja en Honduras 379.542 contagios y 10.434 decesos desde marzo de 2020, según cifras oficiales.