Un análisis de Alberto García Marrder – Especial para “Proceso Digital”.

El expresidente norteamericano Donald Trump tiene una obsesión: volver a la Casa Blanca para un segundo mandato.  Y en mi criterio, forjado por más de 10 años en Washington como corresponsal de prensa, solo dos mujeres pueden impedirlo y ninguna es Kamala Harris, la actual vicepresidenta.

Me refiero a Hillary Clinton, la ex Secretaria de Estado y ex candidata presidencial demócrata. Y a Michelle Obama, la ex Primera Dama y de una gran popularidad tras los dos mandatos presidenciales de su esposo, Barak Obama (2009-2017).

Claro, solo falta que alguna de estas dos digan que están dispuestas a presentarse como candidatas en el año 2024. Michelle Obama ya rechazó el año pasado ser la candidata a la vicepresidencia con Joe Biden.

La ex candidata presidencial Hillary Clinton. (Foto Gage Skidmore- Wikimedia Commons).
La ex Primera Dama Michelle Obama. (Foto Joyce Boghosian.White House Photo).

Falta mucho tiempo aún, pero en el Partido Demócrata se están poniendo nerviosos porque el futuro panorama político es tenebroso.

Del expresidente norteamericano, Donald Trump, no debe sorprendernos nada. Ya lo intentó el 6 de enero de 2021, cuando alentó el asalto de sus seguidores al Congreso en Washington y, supuestamente, presionó al vicepresidente, Mike Pence, para que no confirmara la victoria de Joe Biden en el Colegio Electoral.

Como presidente del Senado, Pence se negó a esa petición. Y eso nunca se lo ha perdonado Trump. Y tal vez por eso, Trump no escoja a Pence como su próximo compañero de fórmula electoral. Yo apuesto por Ron DeSantis, gobernador de Florida.

El ex vicepresidente Mike Pence. – Foto oficial congreso).
Ron DeSantis, gobernador del estado de Florida.  (Foto oficial del estado de Florida). 

Tanto es el control que ejerce Trump del partido Republicano que nadie habla de otro candidato presidencial para 2024. 

Los republicanos ya están dando los pasos necesarios, de una forma muy astuta. Rayando casi la ilegalidad y los límites de la ética política. ¿Y los demócratas?: Callados, desbordados y atontados.

Se trata de que ya se está aprobando en las asambleas parlamentarias estatales del sur del país, donde tienen mayorías los republicanos, unas enmiendas que restringen el voto de las minorías, como el de los latinos y negros que suelen votar por los demócratas. Y más problemas para votar por correo, lo que perjudicaría también a los demócratas.

Foto del asalto al congreso norteamericano en Washington el 6 de enero de 2021. (Foto Tayfun Coskun-Anadolu Agency-Via Getty).

Si Trump fuera el candidato republicano en el 2024, ¿a qué demócrata se enfrentaría?

Lo lógico fuera que el actual presidente, Joe Biden, se presentara a la reelección. Pero para ese año, tendría 82 años y una escasa popularidad. Solo un 22 por ciento apoya que se presente y entre los demócratas, un 36 por ciento, según una encuesta NPR-PBS.

Biden insiste que se va a presentar a la reelección, pero nadie se lo cree.

Otra opción sería la vicepresidenta, Kamala Harris, también con una popularidad por los suelos y una mala imagen de ineficiente. Apenas un 28 por ciento, según un sondeo de USA Today, aprueban que se presente.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (Foto David Lienemann-White House Photo). 
La vicepresidenta norteamericana, Kamala Harris. (Foto Lawrence Jackson-White House Photo).

Pero ha surgido algo inesperado y que está dando mucho que hablar en Washington. ¿Y por qué no Hillary Clinton? Para repetir, ocho años después, en 2024, una contienda electoral Trump-Clinton.

Su nombre lo ha puesto a circular el columnista político Joe Concha en un artículo en el periódico digital “The Hill”, de gran prestigio en Washington.

La ex Primera Dama, ex Secretaria de Estado, ex senadora y candidata presidencial tiene ahora 74 años. Y se queja constantemente que Trump, de 75 años ahora, le robó en 2016 las elecciones con la ayuda rusa de una campaña de desinformación (“fake news”).

Unos días antes de esas elecciones, el influyente diario “The New York Times” le daba a Clinton un 85 % de posibilidades de ganar. Su derrota fue una sorpresa.

No olvidemos que Trump se queja también que Biden le robó el año pasado la reelección y nunca ha reconocido su derrota electoral.

Falta mucho para las próximas elecciones presidenciales y puede cambiar bastante la escena política americana. Trump, por ejemplo, se enfrenta a varios conflictos judiciales y uno que le puede perjudicar en un futuro: que los jueces dictaminen que debe dar a conocer al Congreso sus pasadas declaraciones de impuestos, que por algunas razones mantiene en secreto.

Las elecciones de “medio término” del Congreso de este año serán una prueba de la factibilidad de los planes de Trump. Si los republicanos recuperan la mayoría en la Cámara de Representantes, cosa posible, el camino para Trump estará despejado.

Salvo que Hillary Clinton se decida a dar el paso y a repetir la pelea del siglo: Un Trump versus Clinton en el 2024.

Más de impacto sería una Trump-Obama. Pero para eso, Michelle Obama, que tiene ahora 57 años, tendría que tomar la decisión de presentarse con el visto bueno y apoyo del esposo, Y, sobre todo, olvidarse de sus teorías progresistas para no asustar a un electorado muy conservador.