Funcionarios hondureños visitan constantemente los centros de detención para constatar el drama migratorio que afecta en gran parte a los niños.

Tegucigalpa – La migración infantil en el primer semestre de 2019 alcanza cifras históricas e incluso supera los registros de deportación de menores en 2014, cuando el Gobierno se vio orillado a declarar una emergencia humanitaria a causa del éxodo de infantes.

– El éxodo de menores hondureños continúa pese a acciones emprendidas no solo por el Gobierno de Honduras, sino también por los países del Triángulo norte de Centroamérica, México y EEUU.

– Básicamente el huir de la violencia y la reunificación familiar empujan la migración infantil desde Honduras.

Cinco años después las cifras de migrantes deportados vuelven a relevar un desbordante ascenso en la migración infantil desde Honduras.

En ese sentido, datos del Observatorio Consular y Migratorio de Honduras (Conmigho) refieren que en el primer semestre de 2019 un total de 13 mil 95 infantes han sido repatriados al país centroamericano.

Las cifras superan por mucho los 10 mil migrantes retornados en 2014 cuando Honduras tuvo su mayor ápice en registros de migrantes deportados en toda una década.

Cambio de escenario

De acuerdo a los datos de Conmigho, dependencia de la Cancillería hondureña, el presente año las autoridades migratorias de Estados Unidos han deportado a 234 menores hondureños.

Entre tanto, las autoridades migratorias de México han repatriado al país centroamericano a 12 mil 779 infantes.

Desde países de Centroamérica suman 78 los infantes retornados y 4 han regresado desde países de Suramérica, según os datos oficiales.

Lo anterior demuestra un cambio de escenario en las deportaciones de menores hondureños ya que en 2014 la mayoría eran procedentes de EEUU, hoy es la nación azteca que se acredita el título de la nación que más hondureños deporta.

Incremento sustancial

Julián Para Cortés, encargado del Centro de Atención al Menor Fronterizo (Camef) en la fronteriza ciudad mexicana de Matamoros, contó este domingo a periodistas que en los últimos años se ha incrementado un 15 por ciento el número de migrantes menores de edad.

La mayoría de los menores de edad que son atendidos en el Camef provienen de Honduras, Guatemala, El Salvador y Venezuela, países desde donde el año pasado han partido numerosas caravanas de migrantes para alcanzar suelo estadounidense.

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De acuerdo con el Gobierno mexicano, actualmente cerca de 43 mil migrantes menores de edad viajan solos a través de México.

Cabe señalar, que los menores y las mujeres los grupos sociales más vulnerables durante la travesía.

Testimonio

Ruth tiene 17 años y salió el pasado mes de mayo de su natal Honduras con destino a Virginia, en Estados Unidos.

Contó a periodistas que las pocas oportunidades laborales en su país, además del contexto de violencia que se vive en la región, fueron factores determinantes para buscar una mejor vida en el extranjero.

Además, Ruth emprendió el viaje sola ya que no contaba con suficientes recursos económicos para pagar el viaje de toda su familia.

El viaje ha sido muy «duro» y «cansado» para Ruth ya que cuenta con cinco meses de embarazo. A pesar de esta condición, esta futura madre afrontó los riesgos de viajar de noche y pasar hambre, calor y frío.

Su odisea, sin embargo, se truncó recientemente en el norteño estado de Tamaulipas, donde fue capturada por agentes migratorios y trasladada al Camef, que está gestionando su deportación a Honduras.

EEUU busca menguar flujos migratorios

Desde octubre de 2018, se intensificó el flujo de miles de migrantes provenientes en su mayoría de Honduras que atraviesan México con el objetivo de llegar a Estados Unidos.

A raíz de este éxodo, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció a finales de mayo la imposición de aranceles a todos los productos mexicanos como castigo por no frenar la migración.

Pero el 7 de junio se llegó a un acuerdo «in extremis» para evitar los aranceles que se ha traducido en el despliegue de miles efectivos de la nueva Guardia Nacional en la frontera sur y norte para controlar el fenómeno migratorio.

El presidente estadounidense también continúa su presión al Congreso para que apruebe fondos para la construcción de un muro en la frontera sur de EEUU con el que espera frenar la migración desde Centroamérica.