Washington – Estados Unidos llamó este sábado al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, a dar paso «inmediatamente» a una transición democrática en su país, cuando se cumple el segundo aniversario de las protestas en contra del Gobierno del líder sandinista en las que, según el Departamento de Estado, han muerto al menos 325 personas inocentes.
«Exhortamos al presidente Ortega y a la vicepresidenta (Rosario) Murillo a iniciar inmediatamente una transición democrática, incluida la restauración de las garantías de derechos humanos y elecciones libres y justas- para proporcionar salud, prosperidad y libertad a Nicaragua», reza un comunicado del secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo.
El jefe de la diplomacia estadounidense puntualizó en la nota, difundida con motivo de los dos años de la crisis en el país centroamericano, que Ortega abandonó en julio pasado el diálogo nacional con la oposición política y que a la fecha no ha cumplido con los términos con los que sus representantes estuvieron de acuerdo en marzo de 2019, entre ellos la restauración de las libertades civiles, la liberación de los presos políticos y el establecimiento de una reforma electoral significativa.
«Más de 70 presos políticos permanecen encarcelados», advirtió Pompeo, quien denunció que la Policía Nacional de Nicaragua y parapolicías enmascarados siguen propagando el miedo a través de la intimidación y la violencia contra activistas y críticos, al tiempo que los ataques contra la prensa continúan «sin cesar».
El secretario de Estado apuntó que la pandemia del COVID-19 «ilustra la mala gestión de Ortega y Murillo una vez más», a la vez que criticó la falta de liderazgo por parte del gobernante y el «desprecio» de esa Administración «por el bienestar de su gente al evitar las medidas públicas necesarias para contener COVID-19»-
Según Pompeo, mientras que el resto del mundo cancela grandes reuniones y eventos, suspende la actividad económica no esencial y adopta medidas de distanciamiento social, el Gobierno de Ortega y Murillo «se niega incluso a reconocer el peligro de esta pandemia mortal».
El miércoles pasado, Ortega reapareció en televisión después de 34 días sin manifestarse en público y defendió la estrategia que ha adoptado su Gobierno en relación con la pandemia por el coronavirus.
Acompañado de su esposa y vicepresidenta, Ortega argumentó que la decisión de su Gobierno de no decretar ningún tipo de emergencia por la pandemia, no suspender las clases ni restringir la entrada o movilidad en su territorio a ningún viajero se debe a que «si el país deja de trabajar, el país se muere, el pueblo se muere, se extingue».
Pero un día después, un grupo de «reos políticos» y sus familiares emitieron una «alerta» por temor a que la pandemia alcance la cárcel «La Modelo», donde, según dijeron, permanecen bajo condiciones de hacinamiento e insalubridad.
Nicaragua contabiliza hasta ahora nueve casos confirmados de COVID-19, con un solo fallecido. EFE