Tegucigalpa/Washington – El gobierno del presidente Joe Biden evidenció su cansancio con la labor de los gobiernos de los países del Triángulo Norte y prepara una caballería pesada, a cargo del FBI, para luchar contra los corruptos y enjuiciar así a los actores que “hayan violado las leyes de los Estados Unidos o quienes hayan movido el capital producto del crimen” en o a través de territorio norteamericano.

-Una serie de unidades integrarán la Fuerza de Tarea para procesar criminalmente a los corruptos centroamericanos que utilicen suelo o instituciones estadounidenses para mover sus capitales.

-Washington va solo en el combate a la corrupción, cansado de que los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras no muestren su compromiso a fondo.

En ese sentido Estados Unidos dio un paso adicional en su lucha en Guatemala, El Salvador y Honduras, las tres naciones que conforman el Triángulo Norte de Centroamérica, y anunció estrategias específicas tras crear, en el inicio de la administración Biden, una Fuerza de Tarea Anticorrupción.

Washington se abroga el derecho unilateral de agregar los delitos de corrupción a la carta de actividades criminales que a su juicio debe perseguir extrafronteras, ya que a su juicio responde a sus necesidades de seguridad nacional.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris.

La vicepresidenta Kamala Harris, a cargo en el gobierno de Biden en el tema migratorio, considera que la corrupción y la impunidad son males que promueven la migración desde Centroamérica, además de debilitar la democracia en dichas naciones.

El anuncio de que la Fuerza de Tarea Anticorrupción contará con una cuenta de correo electrónico para que los centroamericanos y otras personas puedan hacer denuncias sobre personas que cometen actos ilegales en el área solo es la confirmación de que Estados Unidos va en solitario en esta labor.

El Departamento de Justicia (Fiscalía) y de Estado (Cancillería) habían adelantado que trabajarían solos y que ya no colaborarían con los gobiernos de las tres naciones por haber perdido la confianza.

De hecho en la última publicación de sanciones hecha por Washington se designó a la fiscal de Guatemala, Consuelo Porras, como actor corrupto y antidemocrático, de acuerdo a lo indicado por el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken y lo mismo ocurrió con magistrados y altos cargos de El Salvador.

Washington, además, mantiene frías relaciones con el gobierno salvadoreño que dirige Nayib Bukele, a quien le ha señalado que el control total que ejerce en la Asamblea Legislativa (parlamento), la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General es dañino para la democracia.

FBI luchará contra corrupción

El gobierno del presidente Joe Biden prepara una caballería pesada, a cargo del FBI.

Es tal la preocupación de Washington con la corrupción en el Triángulo Norte que el FBI (la oficina federal de Investigaciones, por sus siglas en inglés) estará a cargo de recibir las denuncias anónimas.

Para ello el Departamento de Justicia, bajo cuya jurisdicción se encuentra el FBI, habilitó el correo electrónico para que las personas realicen denuncias de corrupción creíbles.

Dicho correo tiene la dirección combatiendocorrupcion@.fbi.gov, lo que indica que las pesquisas estarán a cargo de los conocidos agentes federales de la Unidad de Corrupción.

Igualmente, el Departamento de Justicia tiene otras fuerzas que estarán en la tarea de llevar a los corruptos centroamericanos a los tribunales estadounidenses.

Entre las fuerzas se encuentra la Unidad de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero de la División de Fraude (FCPA, por sus siglas en inglés) a cargo de combatir actos de corrupción en Estados unidos o de pagar sobornos fuera de suelo estadounidense para obtener o retener negocios.

También se unirá la Iniciativa de Cleptocracia y Recuperación de Activos de la Unidad Internacional de la Sección de Lavado de Dinero y Recuperación de Activos (MLARS), la cual se enfoca en recuperar activos vinculados a la corrupción extranjera y procesar criminalmente el lavado de dinero.

La Sección de Narcóticos y Drogas Peligrosas (NDDS, por sus siglas en inglés), a cargo del cumplimiento de las leyes federales de narcóticos en contra de la producción, importación y distribución de drogas ilegales, así como el lavado de ganancias y blanqueo de capitales.

Y se agregarán la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Seguridad Nacional.

Delitos que perseguir

La iniciativa se enfoca en recuperar activos vinculados a la corrupción extranjera y procesar criminalmente el lavado de dinero.

La Fuerza de Tarea, una vez recibidas las denuncias que pueden hacerse en inglés o español, deberán enfocarse en los posibles delitos denunciados y sus ejecutores han violado las leyes estadounidenses “o quienes hayan movido el capital producto del crimen en o a través de los Estados Unidos”.

Los investigadores deben determinar si la denuncia indica un “posible nexo jurisdiccional con los Estados Unidos -incluyendo el uso del sistema financiero – lo que permitirá que la Fuerza de Tarea pueda investigar, procesar criminalmente y donde proceda, incautar y devolver los bienes robados al pueblo de El Salvador, Guatemala y Honduras”, según la declaración del Departamento de Justicia.

Washington evidencia el cansancio con sus socios centroamericanos y se vuelve directamente para “atender las causas principales que causan la migración”.