Jerusalén – Las relaciones de Estados Unidos con los palestinos quedaron hoy reducidas a un departamento diplomático tras la integración del Consulado General de Jerusalén en la Embajada estadounidense ante Israel que anunció en octubre la Casa Blanca y se hace efectiva hoy.
«Esto significa que las relaciones con EEUU no van a existir porque uno no va a tener relación con el embajador de EEUU ante Israel. Además, van a tener muchos menos acceso a la información (sobre palestinos) y problemas con el resto de los consulados que ya no se van a poder reunir con ellos», explicó a Efe un funcionario palestino.
La misión estará desde hoy encabezada por el actual embajador de EEUU ante Israel, David Friedman, acusado en diversas ocasiones de promover y apoyar la colonización israelí en los territorios palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este.
«Esta decisión fue impulsada por nuestros esfuerzos globales para aumentar la eficiencia y la eficacia de nuestros compromisos y operaciones diplomáticas. No indica un cambio en la política de los Estados Unidos sobre Jerusalén, Cisjordania o la Franja de Gaza», explicó el Departamento de Estado norteamericano en una declaración oficial.
La rebaja de esta categoría ha sido calificada por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como un «asalto político a los derechos e identidad de los palestinos» y sigue al deterioro de las relaciones desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, declarara Jerusalén como capital israelí y trasladara a esta ciudad la legación diplomática ante Israel.
El Departamento de Estado de EEUU aseguró que mantendrá la actividad y «participarán en una amplia gama de informes, divulgación y programación en Cisjordania y la Franja de Gaza, así como con los palestinos en Jerusalén, a través de la Unidad de Asuntos Palestinos (PAU) de la Embajada, que operará desde la calle Agrón (en la parte occidental de la ciudad)».
Para la OLP, «la Administración estadounidense está sometiendo Palestina bajo Israel, y se está alineando con la derecha racista israelí, que niega la identidad, la historia, la narrativa y los derechos nacionales palestinos».
«Como el presidente ha declarado, los EEUU siguen sin tomar posición sobre los problemas del estatus final, incluidos los límites o las fronteras. Los límites específicos de la soberanía israelí en Jerusalén están sujetos a negociaciones sobre el estado final entre las partes», aseguró Washington en una nota.