Sídney (Australia) – El tenista serbio Novak Djokovic entró este jueves en el sorteo del Abierto de Australia en medio de una enorme incertidumbre mientras se espera la decisión del Gobierno australiano sobre su deportación por no cumplir los requisitos impuestos por la covid-19.

El sorteo, que comenzó con una hora de retraso, tuvo lugar mientras se espera que el ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, se pronuncie, aunque no tiene fecha límite para hacerlo, sobre la permanencia en el país del tenista de 34 años.

Está previsto que el serbio y primer clasificado mundial se enfrente en primera ronda a su compatriota Miomir Kecmanovic en el Abierto que se disputará en Melbourne entre el 17 y el 30 de enero.

Djokovic busca defender su novena corona del torneo australiano conseguida a orillas del río Yarra en la edición pasada y convertirse en el tenista más laureado de todos los tiempos si alcanza los 21 trofeos Grand Slam.

El tenista llegó el 5 de enero a Australia -para participar en el torneo- con una exención médica por no vacunarse, pero los agentes de aduanas le denegaron el visado y fue retenido en un hotel de Melbourne mientras sus abogados presentaron un recurso ante un tribunal australiano, que ordenó el lunes su puesta en libertad.

ERRORES «HUMANOS» Y «DE JUICIO»

El futuro de Djokovic en el Abierto de Australia aún está en vilo hasta que el ministro de Inmigración decida si usa sus poderes especiales para deportar al tenista por no cumplir los requisitos impuestos por la covid-19 para entrar al país.

En unas sorprendentes confesiones en sus redes sociales, Djokovic admitió este miércoles que se cometieron «errores humanos» en su declaración para entrar a Australia, ya que dijo que no había viajado en los últimos 14 días previos, pero lo cierto es que se había desplazado de Serbia a España.

Además, reconoció un «error de juicio» tras haber acudido a una entrevista con el medio francés L’Equipe el 18 de diciembre en Belgrado, a pesar de saber que tenía la covid-19.

El primer ministro de Australia, Scott Morrsion, dijo hoy, al ser preguntado por periodistas, que la decisión sobre el visado del tenista recae en el ministro de Inmigración y que prefería no hacer comentarios.

En el caso de que el ministro de Inmigración decidiera cancelar su visado, el jugador podría de nuevo recurrir la decisión ante la justicia.

Si se inicia otro proceso judicial, el tenista serbio, conocido por sus críticas a las vacunas obligatorias, podría ser privado de nuevo de libertad o quizás autorizado a jugar el torneo mientras tiene lugar el juicio.

En cualquier caso, no podrá terminar el campeonato si un tribunal llega a confirmar una hipotética cancelación de su visado.

LOS ESCENARIOS DEL ABIERTO DE AUSTRALIA

Según Brett Graham, experto en tenis de la cadena local Nine, hay dos escenarios principales a partir de hoy si Djokovic tiene que abandonar el Abierto.

Si se retira antes de que se publique el orden de juego del próximo lunes, será sustituido por el quinto cabeza de serie, Andrey Rublev, que a su vez será reemplazado por Gael Monflis, y este por Alexander Bublik.

En el hipotético caso de que se retirara antes de la publicación del orden de juego prevista el domingo, entonces su puesto en el cuadro será ocupado por el jugador que haya perdido en la última ronda de clasificación.

La presión que lleva sobre los hombros Hawke es grande debido a que una demora perturbaría aún más el Abierto de Australia, en donde Djokovic busca conquistar su décimo título y consagrarse como el tenista con mayor cantidad de Gran Slams de la historia (21), por delante de Roger Federer y Rafael Nadal.

El fallo del tribunal de Melbourne del lunes que permitió la puesta en libertad de Djokovic fue un gran revés para el Gobierno de Scott Morrison, quien defiende a rajatabla la dura política de inmigración del país y aspira este año a la reelección.

Australia lucha contra un repunte de casos de la covid-19, que han pasado de menos de 2.000 contagios diarios en diciembre a casi 150.000 en esta semana, en medio de la escasez de productos por los contagios entre trabajadores esenciales.