Ginebra – Los jóvenes sin techo a menudo sufren situaciones de mayor vulnerabilidad debido a su corta edad, lo que les condena a seguir en las calles y no tener voz en la sociedad, una realidad que el activista mexicano Álvaro Quiroz vivió en sus propias carnes y quiso combatir al fundar la ONG Brigada12, iniciativa que ha sido premiada por Naciones Unidas.
El joven ha sido galardonado este martes en la Cumbre de Jóvenes Activistas de la ONU, junto con otros cuatro líderes juveniles de todo el mundo, por los resultados concretos de su trabajo en defensa de los derechos humanos de las personas sin techo, años después de haber sido ayudado él mismo a salir de las calles de Guadalajara.
“La comunidad que me rescató de la situación vulnerable que yo viví me enseñó el amor del servicio sin esperar nada a cambio”, subrayó Quiroz durante una entrevista con EFE en la sede europea de la ONU en Ginebra, poco después de recibir el premio.
Durante su adolescencia, Quiroz huyó de Atotonilco el Alto, su pequeña ciudad natal, debido al rechazo por su orientación sexual y llegó a Guadalajara para estudiar Bellas Artes, pero la precariedad le llevó a acabar viviendo en las calles, donde fue encontrado por grupos locales de autoayuda como Somos Gran Despertar, que le llevaron a un albergue y le dieron una nueva oportunidad.
Esta experiencia le llevó a fundar la organización Brigada12 en el año 2020, cuando él y otros amigos de su refugio se dieron cuenta de que la pandemia de la covid-19 estaba deteriorando las condiciones de vida de las personas sin hogar y decidieron crear patrullas nocturnas para ayudar a estas personas.
“Les llevamos bienes básicos como comida o abrigo, algo que puede tener cualquiera, pero que es lo básico para ayudar a otro ser humano”, explicó el joven mexicano a EFE.
Desde entonces, las patrullas de Brigada12 han ayudado de forma directa a más de 15.000 jóvenes de México, aunque, según el último censo de la ONG, las alianzas con asociaciones similares de Colombia y Estados Unidos les han permitido alcanzar ya a más de tres millones de personas.
Estos jóvenes, según Álvaro, han acabado sin hogar debido a situaciones de vulnerabilidad como el consumo de drogas, la inmigración, la prostitución o la pertenencia a grupos delictivos y han encontrado en la calle “un bucle” del que nadie les ayuda a salir y en el que nadie les escucha.
“Más que simplemente decir que hay un problema, es reconocerlo, atacarlo y trabajar en conjunto”, aseveró Álvaro, quien en su discurso de agradecimiento al recoger el premio hizo un llamamiento a la comunidad internacional para prestar más atención a este colectivo vulnerable.
Con esta premisa, el joven mexicano también se reunirá en los próximos días con organizaciones no gubernamentales y con un representante de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, a los que, aseguró, pedirá apoyos para que el proyecto de Brigada12 siga creciendo.