Redacción Ciencia – Un equipo británico de científicos ha obtenido el ADN humano más antiguo encontrado jamás en el Reino Unido y corresponde a dos grupos distintos de individuos que emigraron a las islas británicas en el Paleolítico, al final de la última edad de hielo.
El estudio, publicado este lunes en la revista Nature Ecology and Evolution, ha sido realizado por investigadores del Instituto de Arqueología de la University College London (UCL), del Museo de Historia Natural y del Instituto Francis Crick, e indica, por primera vez, que la recolonización de Gran Bretaña estuvo liderada por al menos dos grupos con orígenes y culturas distintas.
Los autores creen que ambos grupos llegaron tras la última edad de hielo y con unos mil años de diferencia.
Para hacer el estudio, el equipo analizó el ADN de los restos de una mujer de la cueva de Gough, en Somerset, Inglaterra, y de un hombre de la cueva de Kendrick, al norte de Gales, que vivieron hace más de 13.500 años.
Según el análisis, la mujer de Gough murió hace unos 14.900 años y sus antepasados formaron parte de una población que emigró hacia el noroeste de Europa hace unos 16.000 años.
De hecho, esta mujer comparte datos de ascendencia genética asociados con los humanos de la cueva de Goyet (Bélgica) y la cueva de El Mirón (España), de hace unos 15.000 años de antigüedad.
El individuo de la cueva de Kendrick, sin embargo, es de un periodo posterior, hace unos 13.500 años, y procedía de un grupo de cazadores-recolectores occidentales de Oriente Próximo que emigraron a Gran Bretaña hace unos 14.000 años.
Este hombre comparte ascendencia con el individuo de Villabruna, Italia, de hace 14.000 años.
El estudio recuerda que hace unos 19.000 años, a finales de la última edad de hielo, ya había humanos en Gran Bretaña pero la ocupación era escasa, porque el hielo hacía inhabitable dos tercios de las islas.
Pero cuando el clima se calentó y los glaciares se fundieron, hubo drásticos cambios medioambientales y los humanos empezaron a migrar al norte de Europa.
Ese periodo, de 20.000 a 10.000 años atrás, forma parte del Paleolítico, la Antigua Edad de Piedra y «es un periodo importante para el medio ambiente en Gran Bretaña, en el que se produjo un importante calentamiento del clima, un aumento de la cantidad de bosques y cambios en el tipo de animales disponibles para cazar», explica Sophy Charlton, del Museo de Historia Natural.
El análisis de isótopos mostró además que ambos grupos eran culturalmente distintos, con diferencias en la dieta y las prácticas mortuorias.
Los análisis químicos de los huesos mostraron que los individuos de la cueva de Kendrick comían muchos alimentos marinos y de agua dulce, «incluidos grandes mamíferos marinos», apunta Rhiannon Stevens, de la UCL.
«Los humanos de la cueva de Gough, sin embargo, no mostraron evidencias de comer alimentos marinos y de agua dulce, sino que, principalmente comían herbívoros terrestres como ciervos rojos, bóvidos y caballos».
En cuanto a las prácticas mortuorias, en la cueva de Kendrick se encontraron huesos tallados y decorados como objetos de arte portátiles y ninguno con indicios de haber sido comidos por los humanos, lo que para los científicos indica que la cueva fue utilizada como lugar de enterramiento.
Por su parte, los huesos de animales y humanos de la cueva de Gough mostraban importantes modificaciones, como las llamadas «copas de cráneo», cráneos humanos modificados para celebrar rituales y canibalismo.
Además, los individuos de Gough parecen ser los mismos que crearon las herramientas de piedra magdalenienses, una cultura conocida también por su icónico arte rupestre y sus artefactos hechos con hueso.
La cueva de Gough es asimismo el lugar donde se descubrió en 1903 el famoso Hombre de Cheddar, datado entre 10.564 y 9.915 años antes de Cristo.
En este estudio han descubierto que el Hombre de Cheddar tenía una mezcla de ancestros, en su mayoría (85 %) cazadores-recolectores occidentales y algunos (15 %) del tipo más antiguo de la migración inicial.