Quito– El arte y la cultura «benefician seriamente a la salud» y la VI Edición del Festival Internacional de las Artes Vivas Loja ratificó que el «el arte es sanador», más aún en tiempos de pandemia, sostuvo la ministra ecuatoriana de Patrimonio y Cultura de Ecuador, María Elena Machuca.

«Las personas han pasado encerradas por mucho tiempo y tienen una necesidad inmensa de encontrarse con sus artistas, su música, salir, juntarse y estrechar el vínculo entre el artista y el público. El arte es sanador», dijo la funcionaria a Efe.

Y por ello, decidieron incorporar en la VI edición del Festival Internacional de la Artes Vivas de Loja (FIAVL) -que concluye mañana- el segmento «Salud y Arte», que contempla una propuesta de vinculación entre estos dos elementos para contribuir con el bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía.

El segmento se creó gracias a una alianza con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Ministerio de Salud Pública (MSP).

En ese marco, la ministra contó que artistas llegaron a centros gerontológicos con teatro, música y juegos, pero también varias personas de la tercera edad visitaron una sala de teatro en Quito para disfrutar de música y revivir recuerdos.

Y es que el preludio del FIAVL se realizó el 8 de noviembre en el Museo Interactivo de Ciencias (MIC) con la presentación de la «Camerata Porteña», primer evento del componente «Arte y Salud», que se convirtió en un espacio para abrazar la vida además de una prueba presencial de cómo el arte sana y fortalece, dijo.

«El Festival y la pandemia nos ha enseñado muchísimo. Cuando estuvimos encerrados leímos más, estuvimos pendientes del cine, de la música. Vamos a seguir con proyectos de arte y salud», añadió.

Y comentó que la música clásica, con el grupo InConcerto, invadió también dos hospitales y un centro de rehabilitación social en Loja, ciudad cuna del Festival, que reunió «a más de 300 artistas (50 de ellos internacionales), que ofrecieron su arte en 140 eventos».

La ministra destacó el efecto positivo que tuvo la música en los centros de rehabilitación y recordó que un grupo de detenidos mostró un cartel que rezaba: «Estamos con esperanza en nuestro futuro».

BENEFICIOS DEL ARTE

El Gobierno invirtió unos 830.000 dólares en el Festival, que es una herramienta que fortalece la política pública cultural y democratiza el acceso al arte y la cultura de toda la ciudadanía.

En la edición 2021, se incluyeron en la programación charlas para profundizar y generar herramientas para mejorar la salud mental y la calidad de vida, propuestas por la Universidad Tecnológica Particular de Loja (UTPL), con la participación de la española Rosana Corbacho, experta en salud mental del sector artístico.

La UTPL también apoyó con webinarios y talleres virtuales como «Teatro en cárceles y la crisis mundial del encarcelamiento», «Estimulación socio afectiva para adultos mayores», «Arteterapia y musicoterapia para adultos mayores» y el encuentro intercultural «Teatro y prisión: posibilidades en la libertad artística».

«Las autoridades sanitarias advierten que el arte y la cultura benefician seriamente la salud» y el confinamiento obligado puso en evidencia la importancia de recurrir a las artes para matar el aburrimiento, la ansiedad, o simplemente para expresarse.

Escuchar música ayuda a controlar el nivel de glucosa en la sangre; hacer música mejora el sistema inmunitario y la gestión del estrés; bailar proporciona beneficios en todo el cuerpo y la mente y la pintura o la escultura ayudan en los estados depresivos, anota el Ministerio.

Con Francia como invitado principal, en el FIAVL participaron también artistas de Argentina, España, Alemania, EEUU, Indonesia, Brasil, México, Japón, China, Chile, Rusia, Perú y Ecuador.

«Todos las embajadas de estos países nos han traído sus artistas para el Festival, sin costo», señaló.

La ministra recordó que el Festival -de doce días de duración- se desarrolló de forma presencial y virtual porque «todavía tenemos gente que no quiere o no puede salir de sus casas», pero aún así se llenó el aforo del 85% permitido en los espectáculos y los hoteles tuvieron un 70% de ocupación.