EFE/EPA/ORESTIS PANAGIOTOU

Atenas – El nuevo drama humanitario que se vive en las fronteras hacia la Unión Europea (UE) desde la decisión de Turquía de suspender el acuerdo sobre migración se ha cobrado una primera víctima mortal: un niño murió este lunes ante las costas de Lesbos.

Según la guardia costera, el pequeño iba en un bote inflable en el que viajaban un total de 48 refugiados. La zodiac llegó hasta la linde marítima con Grecia escoltada por una embarcación turca y a gran velocidad. Allí y con la guardia costera enfrente, los tripulantes decidieron hacer volcar el bote, una práctica habitual recomendada por los traficantes para forzar un rescate, según el relato de los guardacostas.

El de hoy es el primer incidente mortal que se conoce en los cuatro días que han transcurrido desde que Turquía decidió abrir sus fronteras, y la situación no parece tranquilizarse, sino todo lo contrario.

En la frontera terrestre, donde miles -sino decenas de miles- de personas se agolpan a la espera de que la verja que los separa de la UE se abra, las escenas hoy repetían el patrón de los últimos días: migrantes lanzando piedras y ramas de árbol ardientes, supuestamente alentados por los propios turcos, y policía griega respondiendo con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.

Como si el drama humano no fuera suficiente, también el cruce de reproches entre ambos países se vuelve cada vez mas virulento.

Turquía acusa a Grecia de disparar contra gente inocente y Grecia asegura que la guardia fronteriza turca alienta a los migrantes a cruzar la verja, o incluso lanza gases lacrimógenos contra la policía helena desde drones.

«Los inmigrantes han tenido gran ayuda en el lado turco. Ayer, una patrulla con unas tenazas en la mano cortó el alambre de la cerca para ayudar a los inmigrantes a cruzar el territorio griego. Por supuesto, nuestra patrulla lo impidió y la cerca fue restaurada», aseguró Stavros Tsiamalidis, el alcalde de Kastaniés, donde se encuentra el puesto fronterizo, a la televisión privada Skai.

Mientras, en las islas del mar Egeo las llegadas de botes han experimentado un repunte. A lo largo del domingo arribaron cerca de un millar de migrantes y la guardia costera realizó más de una veintena de operaciones de rescate. La situación hoy era parecida.

En algunas islas como Lesbos, el ambiente entre la población está caldeado y las autoridades locales han decidido cortar el tráfico de la parte nororiental -donde se encuentra una de las playas que más llegadas experimenta- hacia Moria, donde se encuentra el superopoblado campo de refugiados, que alberga a casi 20.000 personas.

En medio de esta nueva vuelta de tuerca de la crisis migratoria, el mando del ejército en Lesbos anunció hoy maniobras con artillería pesada en muchas de las playas de esta isla y alertó a la población de que si penetraba en las zonas en cuestión corría peligro.

Fuentes militares especificaron a Efe que en los alrededores de la zona donde se hacen las maniobras suenan las alarmas y hay personal que advierte a los que se acercan.

Si a pesar de todo hay personas que penetran en esas zonas -también por mar- éstas se interrumpen hasta su evacuación, señaló.

Mientras tanto, Grecia ha suspendido el derecho a asilo durante un mes y ha anunciado que devolverá a su país de origen a todos los que entren de forma irregular.

Al mismo tiempo ha redoblado sus contactos con la Unión Europea y ha pedido auxilio a Frontex.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha anunciado que el martes visitará la zona fronteriza acompañado por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli.

En espera del Consejo extraordinario de ministros de Exteriores de la UE del viernes, el jefe de la diplomacia griega, Nikos Dendias, ha mantenido hoy una nueva ronda de contactos telefónicas con sus homólogos.