Tegucigalpa – El coordinador residente de las Naciones Unidas en Honduras, Alejandro Álvarez, hizo un llamado a evitar la violencia política de cara a las elecciones primarias que se celebrarán el 9 de marzo y previo a las generales del 30 de noviembre próximo, cuyos procesos cree que se celebrarán de forma «transparente».
«El llamado es a evitar la violencia electoral, puede ser física o virtual. Hemos visto que en otros procesos electorales ha habido violencia contra candidatos y candidatas, pero también en general contra personas que están participando en las elecciones, como activistas, militantes», subrayó Álvarez en una entrevista con EFE en Tegucigalpa.
Los tres partidos mayoritarios, Libertad y Refundación (Libre, en el poder); Nacional, primera fuerza de oposición, y Liberal, segunda, celebrarán el 9 de marzo comicios primarios para elegir a sus candidatos a cargos de elección popular para las generales del 30 de noviembre, en las que se conocerá al sucesor de la presidenta Xiomara Castro, quien asumió el poder el 27 de enero de 2022.
Álvarez hizo hincapié en la importancia de que los políticos tengan debates de «calidad» centrados en temas como educación, salud, empleo y cambio climático, en lugar de distraerse con «mucho ruido» y «acusaciones».
Honduras está «transitando por un momento democrático», destacó, tras expresar la esperanza de que el proceso electoral sea «justo» y se desarrolle de manera «transparente».
Asimismo, resaltó la relevancia de fortalecer la democracia en Honduras y afirmó que las elecciones son «un momento de celebración democrática».
El diplomático señaló que el sistema de identificación de votantes con huella dactilar que utilizará el Consejo Nacional Electoral (CNE) permitirá que el proceso se celebre de «forma más transparente», y animó a la ciudadanía a participar en las elecciones para darle «más legitimidad» al proceso.
Continúa negociación para comisión anticorrupción
Por otro lado, Álvarez aseguró que el Gobierno hondureño y la ONU «continúan» negociando la creación de una comisión internacional contra la corrupción y la impunidad en Honduras, y manifestó su confianza en que se alcance un acuerdo entre las partes en «el menor plazo posible».
«La negociación continúa, es una conversación que no es sencilla, es una conversación complicada porque tiene muchas aristas», enfatizó Álvarez.
A mediados de diciembre pasado, el canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, reconoció que su país no ha cumplido con algunas de las reformas legales recomendadas por la ONU para la instauración de la comisión contra la corrupción, una promesa de la presidenta hondureña desde antes de que asumiera el poder en enero de 2022.
Castro suscribió en diciembre de ese año un memorando de entendimiento con el secretario general de la ONU, António Guterres, que se ha extendido cuatro veces, hasta junio de 2025, para instalar la comisión anticorrupción.
Desarmar prácticas corruptas
Álvarez calificó de importante la lucha contra la corrupción en Honduras, un flagelo que, según diversas fuentes, es la principal causa de la pobreza que afecta al 63 % de sus casi 10 millones de habitantes.
La corrupción es un «tema difícil de tratar y afecta la vida de todo el mundo porque los recursos públicos a veces no van hacia dónde tendrían que ir», recalcó.
El alto funcionario de las Naciones Unidas reconoció que en el país se están haciendo «esfuerzos» para combatir la corrupción, tanto desde el punto de vista de la persecución penal como de la prevención
Álvarez afirmó que «desarmar las prácticas corruptas» que han envuelto históricamente al sistema administrativo y al Gobierno es uno de los principales retos que enfrenta el país.
«Desarmar esas prácticas y estructuras toma mucho tiempo y esfuerzo, esfuerzos que deben ser continuados en distintas administraciones de gobierno, es un esfuerzo global», que debe involucrar al Gobierno, la sociedad civil y el sector privado, sostuvo el coordinador residente de la ONU.