Fotografía tomada el pasado 12 de febrero y cedida por el club de fútbol Flamengo, en la que se registró a las jugadoras del equipo femenino del club. EFE/Marcelo Cortés/Flamengo

Sao Paulo – La incertidumbre generada por la pandemia del coronavirus en los clubes y las competiciones de fútbol de Brasil resulta especialmente amenazadora para los equipos femeninos, aunque el escenario puede ser también una oportunidad para corregir las crónicas desigualdades de este deporte en el país.

“Lamento que sea necesario atravesar un momento de calamidad para que se reevalúen las desigualdades existentes en el fútbol brasileño”, dijo en una entrevista con Efe Cristiane Gambaré, directora del Corinthians Femenino, el equipo vencedor del último Campeonato Paulista y la Copa Libertadores.

De acuerdo con Gambaré, la crisis del coronavirus “reordenó las relaciones sociales, económicas y culturales” de las sociedades internacionales y el fútbol “pasa por un proceso bastante similar”, en el que se hacen aparentes sus “fragilidades y deficiencias”.

En este sentido, y a pesar de haber alcanzado un “nivel inédito de visibilidad y relevancia” en los últimos años, es “innegable” que la pandemia tendrá “impactos significativos” en los equipos femeninos del país, al ser actividades “menos estructuradas” y “carentes de colaboración de los órganos gestores”.

Según la directora del equipo paulista, el fútbol femenino “avanzó exponencialmente en su proceso de organización”, aunque “todavía está por debajo de su potencial”.

Por este motivo es de esperar que «necesite reinventarse” después de la pandemia para “mantener el trabajo de los últimos años”.

Gambaré se mostró convencida de la necesidad de “continuar invirtiendo” para preservar el proceso de crecimiento de la modalidad y garantizar “un futuro sustentable y viable económicamente a largo plazo”.

Ante la paralización de buena parte de los ingresos de los clubes con el brote global de la pandemia, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunció en abril que daría un apoyo financiero de 120.000 reales (unos 20.690 dólares) para cada uno de los 16 equipos de élite de futbol femenino.

Sin embargo, esta ayuda no ha sido suficiente para evitar que algunos clubes como el Corinthians anunciaran acuerdos con sus plantillas de jugadores y cuerpo técnico para la reducir un 25 % su carga salarial, una medida que afecta a sus equipos profesionales tanto masculinos como femeninos.

Durante la cuarentana, con los campeonatos brasileños y los torneos de la Conmebol suspendidos, las jugadoras del Corinthians se entrenan desde casa, siguiendo una programación semanal de actividades que integran desde sesiones físicas y técnicas hasta acompañamientos médicos, psicológicos y nutricionales.

Esta es también la rutina diaria de las jugadores de los primeros equipos femeninos del Flamengo y del Ferroviaria de Araraquara, aunque este último, ganador del último Campeonato Brasileño de Fútbol Femenino, no ha anunciado hasta el momento ningún tipo de reducción salarial.

“En el Ferroviaria tratamos el fútbol femenino con mucha seriedad” y “nuestras atletas son profesionalizadas y la mayoría tienen contratos largos”, aseveró a Efe la coordinadora de la modalidad femenina del club, Carol Melo.

“Pero sé que esto está lejos de ser la realidad de la mayoría” y la “crisis dificultará la vida de muchos equipos femeninos”, lamentó.

En este sentido, de acuerdo con la coordinadora, la pandemia pone a la luz la necesidad de “mejorar la gestión” y “cambiar la cultura del fútbol”.

“A veces el dolor es necesario para que este cambio acontezca”, concluyó Melo.