Vista de inmigrantes que han cruzado ilegalmente la frontera, detenidos para ser procesados dentro de una estación de la Patrulla Fronteriza. EFE/Rick Loomis / POOL/Archivo

Phoenix (AZ) – «Mejor entrega a tus hijos, están muy enfermos» de coronavirus, le dijo un agente de inmigración a una madre en un centro de detención en Texas, en lo que es una nueva modalidad para separar familias indocumentadas, según señalan madres inmigrantes y organizaciones.

«El oficial me dijo que entregara mis hijos a un patrocinador, porque se podían morir. Una compañera mía sí entregó al suyo y lueguito fue deportada a Guatemala, y su hijo sigue en Estados Unidos», dijo a Efe la madre de 27 años, oriunda de Ecuador, y quien señaló que en repetidas ocasiones le han hecho esa oferta.

Madres retenidas en centros de detención en Dilley y Karnes (ambos en Texas) y Berks (en Pennsylvania) aseguran que han recibido ofrecimientos de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para firmar documentos en inglés y en los que acceden a entregar la custodia de sus hijos a tutores en Estados Unidos, en medio del temor que suscita la pandemia del coronavirus.

Organizaciones a favor de los inmigrantes denuncian estas «engañosas» prácticas, por medio de las cuales, y con los hijos en custodia temporal, ICE puede acelerar los trámites de deportación de los padres detenidos.

María, nombre con el que se identificó la madre ecuatoriana, relató a Efe que pasó cerca de siete meses en The South Texas Family Residential Center, en Dilley, junto con sus dos hijos de 6 y 8 años de edad.

Su hijo menor tenía anemia y el mayor un soplo en el pulmón, y constantemente se enfermaban por lo que «imploraba» a los agentes que los dejarán llevar su proceso fuera del centro de detención.

«Recuerdo que mi hijo tenía más de una semana con fiebre. Ya desesperada me acerque a un oficial y le pedí que no nos sacaran más, ya que para ir por sus medicinas teníamos que cruzar un largo tramo bajo la lluvia. Entonces me dijo que mejor entregara mis hijos a un patrocinador», señaló.

No fue la primera vez que María recibía esa propuesta. En repetidas ocasiones los agentes las congregaban en los comedores para entregarles documentos en inglés, donde les indicaban que si firmaban sus hijos podían estar seguros de la pandemia bajo la custodia de un patrocinador.

Shay Fluharty, abogada de Proyecto Dilley, dijo a Efe que las madres en los centros a las que representan se están enfrentando a la «horrible» decisión de retener a sus hijos en un sitio que no consideran seguros para evitar una separación familiar.

«Están contra la espada y la pared», expresó.

Dijo que recientemente las autoridades migratorias organizaron reuniones con madres en los centros de detención de Texas y Pennsylvania en las que indicaron que deben firmar unos documentos internos, donde tienen que decidir si sus hijos «se quedan o se van».

«Ese papel está en inglés, no está traducido y aun así querían que los firmaran. Unas madres entendían que si firmaban iban a irse, otras que iban a ser deportadas, pero no tenían información concreta sobre el documento», explicó.

A finales de abril, una jueza federal con jurisdicción en California determinó que la Administración del presidente Donald Trump viola el Acuerdo Flores, que exige al gobierno liberar en un periodo de 20 días a inmigrantes menores de edad que sean detenidos tras cruzar la frontera.

«El gobierno usa el coronavirus como una excusa y no cumple con el acuerdo. Este desastre lo formó el mismo gobierno, quienes tienen el poder de dar a cada madre y niño la salida, y lo están pasando por alto pese a la pandemia», criticó la abogada.

Según los últimos datos de ICE, en los centros de detención de todo el país hay actualmente una población de casi 26.000 inmigrantes, entre los que hay ahora 754 positivos de COVID-19.

Fluharty dijo que dentro de los centros de detención hay también muchos menores internos sufren de asma y enfermedades pulmonares, «colocándolos en un inminente riesgo».

Paola Luisi, codirectora de Families Belong Together, denunció que desde hace meses se vienen realizando estas prácticas de separación familiar, y alegó que los agentes federales no cuentan con formularios en español o lenguas indígenas en los tres centros de detención.

«Les quieren hacer firmar un papel para perder los derechos de sus niños, sin darles información sobre su paradero. Por suerte la mayoría de las madres no firmaron, fue lo correcto porque ICE no está siendo transparente», dijo a Efe.

Recordó el testimonio de una madre que le contó que empezó a llorar «pidiéndole a Dios que no la separaran de su hijo». Otra madre le dijo que «de ninguna manera iba a llevarse a sus niños».

«Estas medidas son fundamentalmente racistas. Cuando tratas a las personas como ganado, como cuando el presidente habla de inmigrantes como violadores, deshumaniza a las personas para poderles dar ese trato inhumano», aseguró.

Por lo pronto María, con ayuda de las organizaciones a favor de los inmigrantes, logró salir de «la guardería», como ella llama al centro de detención, donde recibió el «peor trato que jamás pensó vivir».

«Nos trataban como animales, teníamos que comer en treinta minutos, o nos botaban la comida. Nos dejaban con el calzado mojado por días, los niños comían puras sopas de vaso. No atendían a los enfermos. Nos insultaban diciéndonos que estábamos infectados del coronavirus», recordó la inmigrante, quien se encuentra en Nueva York a la espera de la resolución de su caso.