A person sits outside St. Vincent De Paul Society Multi-Service Center South (MSC South) homeless shelter in San Francisco, California, USA, 10 April 2020. EFE/EPA/JOHN G. MABANGLO

Chicago (IL) – La pandemia de la COVID-19 ha puesto en evidencia las disparidades sociales y raciales en Estados Unidos, y tanto afroamericanos como latinos registran las tasas más altas de contagios y muertes, además de las consecuencias económicas de la crisis, tal como han señalado autoridades y activistas.

«La gente de color no está biológica o genéticamente predispuesta a contagiarse, pero sí está socialmente predispuesta a la exposición al coronavirus», declaró el cirujano general, Jerome Adams, durante una rueda de prensa este viernes en la Casa Blanca.

En opinión del principal vocero de salud del Gobierno, «es alarmante, pero no sorprendente» que las minorías sean las más afectadas.

Aclaró que no es que sean más susceptibles a morir por esta enfermedad, sino que corren un mayor riesgo de infectarse y de no recibir la atención adecuada.

En estudio coordinado por el Center for American Progress (CAP) y la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, en inglés), se destacó estas minorías no cuentan con acceso a servicios de salud, padecen de enfermedades médicas preexistentes que los ponen en riesgo, o son inmigrantes indocumentados que temen buscar atención médica.

«Este coronavirus nos muestra cómo se ve el racismo estructural en tiempo real. Años de segregación en vivienda, educación y lugares de trabajo han puesto a las personas de color» en mayor riesgo de exposición al virus, agregaron.

Muchos estados, condados y gobiernos locales no desglosaron desde el comienzo sus datos sobre contagios del coronavirus por razas y etnias, y otros lo hicieron tarde.

Según datos oficiales hechos públicos el miércoles, en Nueva York, los hispanos, que son el 29 % de la población de la ciudad, representan el 34 % de las muertes por COVID-19 y son la comunidad más golpeada por la enfermedad.

El alcalde, Bill de Blasio, señaló que los datos muestran «claras disparidades» en cómo el coronavirus está afectando a la población de la ciudad y apuntó como uno de los motivos fundamentales el sistema sanitario estadounidense y las desventajas en las que sitúa a las personas de bajos ingresos.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, aseguró al día siguiente que hará más pruebas para la detección del COVID-19 en barrios con amplias comunidades latinoamericanas y afroamericanas para «aprender» y saber por qué el mayor índice de víctimas se registra en estos dos grupos.

En otros estados, la misma incidencia se observa en el caso de los afroamericanos, tal como revela el reporte de CAP y NAACP.

Luisiana, los residentes afroamericanos son sólo el 32% de la población del estado, pero el 70% de las muertes por coronavirus, mientras que en Michigan los afroamericanos son sólo el 14% de la población del estado, pero el 40% de las muertes; y en Carolina del Norte, con 22% de afroamericanos, esta comunidad representa el 35% de las muertes.

En Chicago, en particular, el 68% de los muertos son afroamericanos, aunque son solamente hay un 30% de afroamericanos en la población.

La organización The Colorado Trust describió en un reporte difundido este jueves que durante las primeras semanas del brote del COVID-19 las autoridades sanitarias de Colorado no compilaron datos sobre la raza, etnia o situación inmigratoria de los hospitalizados y los fallecidos.

Ello significó «perder una oportunidad vital», dijo la organización, para contar con información necesaria que permita detectar posibles desigualdades en el acceso a hospitales, tratamiento y resultados.

«Si descubrimos que los afroamericanos ni siquiera están siendo evaluados, si encontramos que los latinos tienen miedo de ir a los sitios de prueba por temor a ICE, entonces tenemos caminando entre nosotros a personas infectadas y no lo sabemos», advirtió a la cadena NBC News Stephen B. Thomas, director del Centro por la Equidad en Salud de la Universidad de Maryland en College Park.

La desigualdad también se manifiesta en la forma en que el desempleo ha afectado a la comunidad latina como consecuencia de la paralización de casi todo el país. Después de los afroamericanos, los latinos conforman el grupo más afectado por la crisis económica que está causando la pandemia.

Ello se manifiesta en la tasa de desempleo de los hispanos que se incrementó de 4.4% a 6% en marzo debido a la parálisis de las industrias de la hospitalidad y los servicios.

El Center for American Progress y la NAACP señalan que a medida que se observan los números y se escriben historias sobre los impactos en la salud y resultados de COVID-19, «es importante recordar que estas disparidades no son el resultado de decisiones personales».

«Son políticas públicas de larga data a nivel federal, estatal y local que han creado un sistema de segregación patrocinado por el gobierno», concluyeron.