Celso Otero, ayudante de campo de Óscar Washington Tabárez en la selección de Uruguay. EFE/Kimimasa Mayama/Archivo

Montevideo – Celso Otero, ayudante de campo de Óscar Washington Tabárez en la selección de Uruguay, se mostró este viernes de acuerdo con la suspensión de las eliminatorias sudamericanas del Mundial de Catar 2022, ya que de esa forma pueden evitarse «males mayores».

Durante una conversación con Efe, Otero destacó que las selecciones del continente tienen muchísimos jugadores en los países donde hay un alto índice de afectados por el coronavirus COVID-19, por lo que, desde su punto de vista, es acertada la decisión de no jugar la doble fecha programada para marzo.

«Me parece pertinente tomar una decisión de postergación para no tener que andar después con medidas de emergencia mucho más urgentes», señaló.

Asimismo, el ayudante de Tabárez contó que el cuerpo técnico está «en permanente contacto» con sus futbolistas, ya que algunos de estos están siendo parte de una «sociedad que está en un estado de alerta y de sufrimiento».

«No somos ajenos a ver cómo las ciudades de países tan importantes como Italia y España están afectadas por un estado de alerta y de cuarentena; entonces pensamos en nuestros futbolistas como personas. Obviamente sabemos cuánto le implica esta situación a su condición deportiva, pero no salimos del principal pensamiento, que es que resguarden su salud», apuntó.

Finalmente, Otero se refirió a la posible vuelta de las eliminatorias y aseguró que en este momento es «imposible» hacer una suposición para su reprogramación porque sería «sobre bases abstractas».

«Yo creo que hay que permitir que el tiempo nos vaya dando datos que nos lleven a hacer proyecciones de acciones que sean efectivas y nos permitan disputar el torneo con la mayor normalidad posible», concluyó.

Este jueves, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) anunció que el inicio de las eliminatorias a Catar 2022 fue postergado hasta nuevo aviso, después de que la FIFA aceptase la petición hecha por aquella.

En las dos primeras jornadas de la competición, que habían sido programadas para disputarse entre el 26 y el 31 de marzo, Uruguay debía enfrentarse con Chile en Montevideo y con Ecuador en Quito.

Como en otros aspectos de la vida cotidiana, el COVID-19 también ha provocado una paralización casi total en el mundo del deporte, con ligas de fútbol suspendidas, la NBA sin competición al menos durante un mes, o torneos de tenis y golf cancelados, entre otras medidas.