Washington – El gobierno de Estados Unidos amenazó este jueves con demandar al estado de Texas si aplica una nueva ley migratoria que convierte en crimen la entrada irregular de personas desde México.

En una carta dada a conocer por varios medios estadounidenses, el Departamento de Justicia señaló que si no se revoca esta ley antes del 3 de enero, tomará las “acciones legales necesarias para asegurarse que Texas no interferirá con las labores del gobierno federal”.

La ley, agregó el vicefiscal general de EE.UU. Bryan Boyton en la misiva, “viola la Constitución”.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, respondió en su cuenta de la plataforma X, antes conocida como Twitter, a la carta enviada por el gobierno, asegurando que su estado busca salvar el imperio de la ley en EE.UU.

“La Administración de Biden no solo se niega a aplicar las leyes actuales de migración, sino que también quiere impedir que Texas aplique leyes en contra de la migración ilegal”, escribió el republicano.

La ley SB4, aprobada a mediados de noviembre por la Legislatura estatal, controlada por los republicanos, y firmada por Abott a mediados de diciembre, es considerada por expertos como una de las leyes antiinmigrantes más estrictas en la historia estadounidense.

La norma convierte en delito menor el que un extranjero “ingrese o intente ingresar al estado desde una nación extranjera” de forma irregular. La falta se convierte en un crimen grave, punible hasta con 20 años de prisión, si el infractor es reincidente.

De llegar a ser aplicada, esta norma afectaría a las personas que intentan cruzar la frontera de manera irregular, muchas de ellas con la intención de solicitar asilo.

La ley estadounidense especifica que, para pedir este tipo de protección, una persona debe estar en suelo estadounidense.

A través de la llamada “Operación Estrella Solitaria”, el ultraconservador Abbott ha llevado a cabo una serie de polémicas medidas para frenar la entrada de migrantes a través de la frontera con México que lo ha llevado a enfrentarse legalmente con el gobierno federal.

Entre ellas está la instalación de una barrera flotantes de boyas sobre el río Grande, que sirve de frontera natural entre EE.UU. y México, o de kilómetros de alambre de concertina para dificultar el paso a los migrantes que quieren llegar a territorio estadounidense.

En lo que va de año, las autoridades estadounidenses han registrado más de 2 millones de “encuentros” con migrantes en la frontera sur, la mayoría de ellos arrestos de personas que intentaron cruzar de manera irregular.

El continente registra un aumento histórico en el movimiento de personas, en especial hacia EE.UU., la primera potencia mundial. La búsqueda de mejores oportunidades económicas en EE.UU. y las diferentes crisis sociales y políticas en países de la región impulsan esta migración.