US President Donald J. Trump walks on the South Lawn of the White House after arriving on Marine One in Washington, DC, USA. EFE/EPA/Stefani Reynolds / POOL

Washington – El Gobierno del presidente Donald Trump inició este lunes los trámites para restringir aún más el procedimiento de asilo con una nueva normativa que ha sido blanco de críticas por parte de organizaciones proinmigrantes y de la oposición demócrata, que la han tachado de «abominable».

La propuesta, de 161 páginas, elaborada por los Departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional, fue publicada hoy en el Registro Federal para recibir comentarios electrónicos o por escrito.

La Administración ha puesto esta iniciativa sobre la mesa con vistas a restringir el asilo en el país antes de reabrir sus fronteras terrestres y de que se revoque la orden que dio Trump para prohibir la inmigración en medio de la pandemia del coronavirus, según medios de comunicación locales.

SOLICITANTES DE ASILO SIN EL DEBIDO PROCESO

De acuerdo con el documento publicado, la nueva normativa, que estará abierta a un periodo de comentarios del público durante un mes, no garantiza a los demandantes de asilo el debido proceso ante una corte migratoria.

Bajo el sistema actual, los solicitantes de esa protección que son arrestados o que se presentan en la frontera sin un visado válido son sometidos a un proceso, por el que, en primer lugar, son entrevistados por un funcionario de inmigración ante el que deben demostrar que afrontan «un miedo creíble» de ser perseguidos en su país de origen.

Después deben defender su caso ante una corte migratoria, donde un juez examina las pruebas y decide si se les concede el asilo u otra protección en vez de ser deportados.

La nueva normativa dificultará que los demandantes de asilo puedan comparecer ante un tribunal para defender su caso y que tengan acceso al debido proceso, especialmente si no disponen de abogado, algo bastante común.

En consecuencia, para que el caso migratorio siga adelante dependerá, sobre todo, de las pruebas que el solicitante presente de su «miedo creíble» ante el funcionario durante las entrevistas iniciales.

Si se supera esta primera traba, el demandante de asilo tampoco tendrá garantizada una audiencia completa ante una corte migratoria y en la que tendría la oportunidad de apelar a otras protecciones internacionales, como las recogidas en la Convención de la ONU contra la Tortura.

DESMANTELA PROTECCIÓN PARA VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GENÉRO

Además, la normativa eleva los requisitos para que un juez conceda el asilo, ya que ahora el inmigrante debe demostrar que no lleva más de un año en EE.UU. y que el Gobierno de su país natal no ha abordado su caso.

Por otro lado, la iniciativa desmantela también la protección a dos colectivos que han visto un aumento de las solicitudes de asilo: las víctimas de violencia por motivos de género, tanto la doméstica como la dirigida contra individuos LGTBQ, y las personas que huyen de la violencia y el reclutamiento de bandas criminales.

En suma, la propuesta busca «expandir y aclarar en qué circunstancias se requerirá que un juez migratorio encuentre que una aplicación de asilo es lo que se conoce como frívola» y se propone un cambio en su definición.

El texto establece que «frívolas» serían aquellas peticiones «sin mérito o sustancia».

DEMANDAS DE ASILO «FRÍVOLAS»

Aaron Reichlin-Melnick, asesor del American Immigration Council, explicó a Efe que, en el caso de que un juez considere «frívola», o sin posibilidad de éxito, una demanda de asilo, puede suponer que la persona enfrente una prohibición para «solicitar cualquier tipo de beneficio de inmigración».

«Es regla muy vaga, no sabemos, es un cambio impreciso», agregó el experto, quien además alertó del impacto que podría tener que un juez pueda suspender una solicitud si no se demuestra la elegibilidad «a primera vista»

Reichlin-Melnick advirtió de que, bajo el supuesto de no elegibilidad a «primera vista», el solicitante no tendrá posibilidad de testificar y explicar su caso.

En paralelo, la normativa expande la política de «tercer país seguro», que EE.UU. comenzó a aplicar hace un año, sometiendo a un mayor examen los casos de los individuos que hayan viajado a través de al menos un país en su ruta hacia EE.UU.

En ese sentido, se vetará el refugio para quienes hayan estado en otro país más de catorce días en su ruta hacia Estados Unidos sin haber solicitado asilo en ese lugar.

HACER EL ASILO IMPOSIBLE

Para la directora ejecutiva del American Immigration Council, Beth Werlin, el objetivo de ese reglamento propuesto, «lejos de remodelar el sistema para mejorarlo, es hacer que el asilo sea imposible de obtener».

«El asilo ya se ha debilitado enormemente por años de ataques sostenidos por parte de la administración de Trump, y esta regulación sería el golpe final a nuestro orgulloso legado de Estados Unidos como refugio para las poblaciones vulnerables y perseguidas del mundo», lamentó Werlin en un comunicado.

Una vez terminado el periodo para presentar comentarios, el Gobierno tendrá que revisar la iniciativa y abordar esas contribuciones del público antes de emitir la normativa final.