Madrid – El juez de la Audiencia Nacional española Francisco de Jorge ha reafirmado su competencia para investigar al expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales y al resto de imputados en esta causa, y ha rechazado la petición del director de la selección masculina, Albert Luque, de enviar la parte que le afecta a un juzgado de Ibiza.
Luque, investigado por supuestas presiones a la jugadora Jenni Hermoso para que restase importancia al beso no consentido que le dio Rubiales tras la final del Mundial en Sídney (Australia) el pasado verano, argumentó que debía ser un juzgado de Ibiza quien asumiese su causa dado que las presuntas coacciones que se le imputan estarían enmarcadas en el viaje a la isla del que disfrutaron algunas futbolistas.
La Fiscalía se opuso y ahora el magistrado ha dictado un auto, al que ha tenido acceso EFE este viernes, en el que rechaza la petición de Luque al considerar que el delito de coacciones que se le imputa a él y a los otros cuatro investigados es «conexo» al de agresión sexual que se atribuye en este momento del procedimiento a Rubiales.
«La competencia para conocer de todos los hechos objeto del presente procedimiento es del Juzgado Central de instrucción» que dirige De Jorge, asevera el juez en el auto donde recuerda que nadie cuestionó su competencia para investigar estos hechos cuando asumió la causa.
Una causa que ya se encuentra en su recta final a la espera de que el juez decida si propone juzgar a los investigados y de que la Sala de lo Penal resuelva un último recurso de la defensa del exseleccionador femenino Jorge Vilda, que pidió que su sucesora, Montse Tomé, declarase como testigo.
Vilda está investigado junto a Luque y el director de marketing de la RFEF, Rubén Rivera, por un delito de coacciones al considerar la Fiscalía que hay indicios de que presionaron a Jenni Hermoso y a su entorno para que tratase de justificar públicamente al expresidente de la Federación.
Rubiales, inhabilitado por la FIFA, se encuentra también investigado por este delito y el de agresión sexual ante el beso no consentido que dio a la internacional durante la ceremonia de entrega de trofeos tras la victoria del mundial, el pasado 20 de agosto.