Palma.– El Mallorca, sus aficionados y el mundo del deporte balear, lloran la muerte del doctor Bartolomé Beltrán, el presidente que modernizó el club en la década de los noventa y cambió para siempre el devenir del club con un ascenso a Primera División que jugó un rol clave en la centenaria historia de la entidad bermellona.
Con el apoyo económico del empresario Antonio Asensio, ya fallecido y presidente entonces del Grupo Zeta, Beltrán adquirió más del 84 por ciento de las acciones del Mallorca en 1995 a través de la sociedad de su propiedad Vitalplan S.L.
La tarea del malogrado médico y comunicador mallorquín para recomponer a un club que se debatía en la mediocridad tras la brillante etapa con Lorenzo Serra Ferrer en el banquillo en los años ochenta fue titánica.
Tras un frustrado ascenso a Primera División, el Mallorca resurgió con fichajes de postín, entre ellos el entrenador argentino Héctor Cúper, para escalar puestos en el fútbol nacional hasta disputar una final de la Copa del Rey -perdida en los penaltis ante el FC Barcelona- que se recuerda por las lágrimas de Beltrán junto al rey Juan Carlos en el palco del estadio Mestalla en 1998.
Beltrán dirigió al Mallorca desde los despachos durante tres años que el mallorquinismo recuerda como uno de los más brillantes de su historia.
Su fallecimiento ha generado innumerables muestras de dolor en las redes sociales en todos los ámbitos de la sociedad balear y entre quienes le trataron durante su etapa en el club.
Marcelino Elena, exjugador del Mallorca, le ha recordado como “un hombre lleno de energía y de ambición, que movilizó al mallorquinismo y cambió el rumbo de la historia para el Mallorca”.
El club balear, ahora en manos de empresarios estadounidenses, rendirá un homenaje al doctor Bartolomé Beltrán en el partido de LaLiga que este domingo disputará ante la Real Sociedad en el estadio Son Moix.