Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, señaló que el matrimonio cristiano es un proyecto de Dios y no de gobiernos, durante la homilía dominical.

–     El hombre no debe renunciar a su familia para unirse a otro hombre, insistió el Cardenal.

–     Pidió no votar por quienes llaman al odio y no promuevan principios morales y cristianos.

Según el cardenal el que insulta, ataca y no presenta ninguna propuesta decente, no merece el voto.

Con ello, el líder religioso católico manifestó su rechazo al matrimonio entre las personas del mismo sexo y llamó a no elegir a quienes promueven el odio.

 “Esta pregunta de los fariseos a Jesús, no se refiere al divorcio tal y como ahora se plantea sino a la desigualdad de derechos entre el hombre y la mujer, el divorcio el repudio era un documento para despedir a la mujer, en esa época era una discriminación de la mujer”, dijo inicialmente.

Consecuentemente citó el libro del Génesis, para recordar que Dios creó al hombre y mujer, quienes deben ser dos en un solo ser y en una comunión de amor, es decir contra la mentalidad y cultura judía, entonces Jesús afirma igualdad de ambos pero fundamentada en el amor.  

Recordó que el amor solo puede ser posible en igualdad, dignidad y libertad, no sobre la posesión de varón sobre la mujer o viceversa, por lo que recuerda en el libro del Génesis que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre ni la mujer, porque el amor no se acaba nunca, siempre nace.

“Jesús lo que quiere decirnos que es que no acepta esa superioridad de hombre sobre la mujer, es claro que no quiere mujeres maltratadas y sometidas a la voluntad del hombre, lo que sí admite es el verdadero amor entre ambos, porque ese es el sentido del matrimonio cristiano”, dijo.

El cardenal insistió que el matrimonio cristiano necesita de un encuentro personal permanente con Dios, pero que hay varios puntos que vale la pena profundizar en que muchos de ellos no han sido sacramentos, porque llegaron sin la necesaria preparación o madurez.

“El amor y la familia no son un plan humano, tampoco de una legislación o gobierno, el amor y la familia son un proyecto de Dios, por tanto es a él a quien se le deben pedir las instrucciones, tampoco tiene que ver  con la ideología o movimientos feministas”, señaló el purpurado.

Recordó que la palabra de Dios es clara, porque en ningún momento dice que el hombre deberá renunciar a su familia para unirse a otro hombre, pero es una lástima que muchos legisladores no entienden la ley de Dios, y están haciendo caricaturas que solo pautan el daño de la sociedad.

En ese sentido, el cardenal Rodríguez Maradiaga pidió a la población a no dejarse desorientar por esas ideologías que quieren imponerse a la fuerza, aun sabiendo que son contra Dios, porque el que no piensa como ellos pues hay que insultarlos, denigrarlo y destruirlo.

Condenó las acciones de algunos grupos feministas desplegados por países como en México y Colombia, entre otros, donde estos movimientos han querido incendiar los templos católicos, “vean cómo demonios se sirve de las ideologías para ejecutar signos de absoluta irracionalidad”.

Según Rodríguez, quienes manchan las paredes de la Catedral capitalina escribiendo basura, solo se dañan a sí mismos, porque eso no es más que volver al salvajismo, son acontecimientos que no deben darse más en Honduras “porque la fe nos dice que somos hijos de un mismo Dios”.

 Hizo un llamado para que no se permita en pleno siglo 21, se albergue ese tipo de sentimientos en Honduras y que ahora en esta campaña política que se lleva a cabo “se verá retratado por quien hay que votar y por quien no, todo aquel que acude al insulto, al ataque personal y que no hace ninguna propuesta decente no merece el respaldo en las urnas”.

El cardenal aseguró que lo que se está jugando en las elecciones del 28 de noviembre, no es solo una lucha de partidos políticos sino el futuro de una Honduras mejor, pero eso no se logra con malos ciudadanos sino con los mejores y en eso cada persona tiene su responsabilidad.

Finalmente resonó que no hay que elegir candidatos que no estén guiados y formados por valores y principios morales, no deben recibir votos en las urnas, e insistió en escoger lo mejor y luchar por el bien común, así como lo dice la palabra de Dios.