Phoenix (AZ) – Líderes y activistas que encabezaron las primeras luchas contra la polémica ley SB1070 señalan que al cabo de una década de promulgada la batalla no ha acabado, menos ahora vistas las estrictas políticas migratorias de la Administración del presidente Donald Trump.
Varios líderes comunitarios que continúan movilizándose contra la legislación, que otorgó a la policía el derecho de cuestionar el estatus migratorio de los detenidos, coinciden en que diez años después no han visto grandes cambios en la política migratoria.
Francisca Montoya, quien en 2010 dirigía la Fundación César Chávez, recordó a Efe el miedo de los inmigrantes y, en ese sentido, «los últimos cuatro años hemos vivido ese terror de nuevo con las políticas de Donald Trump».
«Ha hecho todo lo posible por hacerle la vida miserable a los trabajadores inmigrantes e indocumentados (…) Y ni hablar con el coronavirus, los indocumentado están viviendo su peor periodo, es una población que no tiene acceso a nada», aseguró.
Petra Falcón, directora del grupo Promesa Arizona, dijo a Efe que aunque la comunidad inmigrante tiene ahora más voz aun sigue relegada, «y se puede ver durante esta pandemia del coronavirus, ya que fueron abandonadas a su suerte por el gobierno federal».
«Eso no nos va a detener, hace seis generaciones que mi familia emigró a Estados Unidos, tenemos raíces y eso no lo pueden cambiar», aseguró.
El 23 de abril de 2010, la entonces gobernadora de Arizona, Jan Brewer, firmó la ley SB1070, en medio de protestas generalizadas y acciones judiciales.
En junio de 2012, la Corte Suprema emitió un fallo en el que dejó sin efecto varias partes de la ley, pero mantuvo con vida la polémica sección 2(b), mejor conocida como «muéstrame tus papeles», manteniendo así vigente la lucha de los activistas inmigrantes.
Lydia Guzmán, una de las que lideró diez años atrás la lucha contra la SB1070 y hoy es representante en Arizona de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), relató a Efe que hay «abierta una puerta para que las nuevas generaciones continúen su combate por la vía legal».
«Ya no tenemos la misma energía que antes, así que nosotros podemos proveerles la historia y la información que necesitan las nuevas generaciones para que su lucha la lleven a cabo en los tribunales», dijo Guzmán.
Roberto Reveles, fundador de Somos América, una organización que surgió con el movimiento de la SB1070, destaca diez años después el triunfo parcial logrado en la Corte Suprema, así como la mayor presencia de latinos en cargos de elección popular tras las manifestaciones contra la norma.
«Tenemos al congresista (federal) Rubén Gallego, y al senador Otoniel Navarrete y la representante Raquel Terán (en la legislatura estatal), así como latinos en los asientos del Gobierno municipal de Phoenix», expresó.
Hay otros menos optimistas como Salvador Reza, activista y representante del Comité de Defensa del Barrio Tonatierra, quien recalca que la «peor parte» de la ley sigue vigente, dando potestad a «cualquier policía a pedir papeles si sospecha que eres indocumentado».
«Ya no lo están haciendo en redadas como (lo hacía el alguacil Joe) Arpaio, donde hacían un gran show, sino en la cárceles, cuando los detiene la policía, así que solo cambió cosméticamente», dijo a Efe.
«Y ni hablar de lo que vino con Donald Trump, estamos peor, ya no solo Arizona, sino a nivel nacional», agregó.
Montoya, ahora candidata a un escaño por el distrito 7 en Phoenix, aclaró que habrán cambios si se logra derrotar a Trump en las elecciones presidenciales de noviembre.
«Aún recuerdo que hace diez años luchábamos por una reforma migratoria y estamos en lo mismo, lo único que logramos es el alivio temporal a los ‘dreamers’ (DACA) y ha sido una lucha muy larga, ardua y sin seguridad», expresó.
Reymundo Torres, vocero de la asociación republicanos latinos de Arizona, dijo por el contrario que la ley SB1070 logró lo que buscaba: «Una respuesta hacia la migración ilegal», que considera sigue siendo una política estatal cuyo objetivo en aquel entonces era ignorado por el Gobierno federal.
«La falta de una respuesta nacional fue algo que nos dejó en una isla, pero con Trump tenemos la respuesta que buscábamos hace diez años en cuanto a liderazgo federal. Aquel ánimo que impulsaba a nuestra gente en ese tiempo, aún tiene efecto gracias a este presidente», sentenció.