Protesters march from the Barclays Center in Brooklyn to Manhattan as New York Police Department (NYPD) officers in riot gear stand guard in Brooklyn, New York, USA, 31 May 2020. EFE/EPA/ALBA VIGARAY

Washington – Ha llegado el momento del «basta ya» para el movimiento de derechos civiles en EE.UU., que especialmente se desarrolló en la década de los 50 y 60 del siglo XX para exigir igualdad ante la ley para los ciudadanos de raza negra, y que ahora vive una nueva era tras aprender lecciones del pasado y donde las nuevas tecnologías tienen un papel importante.

La mecha de las protestas, que han degenerado en disturbios, ha prendido a lo largo y ancho del país, después de que George Floyd, un afroamericano de 46 años, muriera a manos de un policía blanco hace una semana cuando era detenido en Mineápolis (Minesota).

Ese instante fue captado por los móviles de los transeúntes, que grabaron los nueve minutos agónicos en los que el agente Derek Chauvin asfixiaba a Floyd presionando su rodilla contra el cuello de la víctima, que no paraba de decir que no podía respirar.

UN MOVIMIENTO QUE NO HA PARADO DE EVOLUCIONAR

No es la primera vez que EE.UU. vive manifestaciones y altercados frente a la brutalidad policial, pero las tácticas del movimiento de derechos civiles han cambiado.

«El movimiento de derechos civiles de hoy se basa en las lecciones del pasado y las usa para avanzar en soluciones concretas para vincular de forma agresiva las causas profundas de la supremacía blanca y el racismo sistémico», dijo a Efe Becky Monroe, directora del programa de Lucha contra el Odio y los Prejuicios de The Leadership Conference of Civil and Human Righs.

Esta coalición, que engloba a unos 200 grupos del movimiento de derechos civiles, y otras organizaciones ha pedido a las autoridades de Mineápolis que pongan en marcha «mejores prácticas» para la resolución de problemas de manera pacífica.

Monroe explicó que en la actualidad el movimiento conjuga organizaciones más tradicionales con otras nuevas y que los sucesos de la última semana son indicativos de una nueva era.

«Estamos en la era donde la gente negra ha dicho ‘basta ya’. Piden que aquellos que están en el poder respondan de forma afirmativa con una legislación federal que aborde significativamente el racismo sistémico duradero y el supremacismo blanco en este país», destacó.

Pero sin lugar a dudas si hay algo que caracteriza los nuevos tiempos que corren son las nuevas tecnologías. La experta en Ciencias Políticas Andra Gillespie, de la Universidad de Emory, subrayó a Efe la importancia de que los asesinatos de afroamericanos por parte de policías sean «grabados» y el hecho de que «con el advenimiento de las redes sociales, más historias de este tipo tengan publicidad».

Pese a que ahora se conocen más, Gillespie enfatiza que la brutalidad policial contra los afroamericanos no es nueva, ya que sus orígenes se remonta a las patrullas de esclavos, «diseñadas para capturar a los esclavos fugitivos en el periodo de Antebellum», entre finales del siglo XVIII y el comienzo de la guerra civil en 1861.

Ya en el siglo XX, el profesor Glenn T. Eskew, experto en el movimiento de derechos civiles de la Universidad de Georgia, recordó, en declaraciones a Efe, que durante las décadas de 1940 y 1950 los asesinatos de afroamericanos a manos de policías blancos eran vistos por la autoridades más como «homicidios justificados» que como «brutalidad policial».

Una serie de asesinatos de ese tipo y linchamientos en Birmingham (Alabama) en la década de los 50 contribuyeron a impulsar la creación del movimiento de derechos civiles en esa ciudad, que culminó con la llegada en 1963 del reverendo Martin Luther King Jr. y la Southern Christian Leadership Conference (SCLC), una de las organizaciones más importantes.

Eskew señaló que el movimiento de derechos civiles de los 50 y 60, concebido como una estrategia de cambio social no violenta, ha evolucionado mucho, aunque todavía hay grupos tradicionales que existen, como la SCLC y la National Association for the Advancement of Colored People.

LA ERA DE «BLACK LIVES MATTER»

Sin embargo, «mientras que los líderes de estas organizaciones siguen hablando como si lo hicieran por el EE.UU. negro, su autoridad real dentro de la comunidad negra es debatible», reflexionó el historiador.

«De hecho -indicó-, un ‘nuevo movimiento’ ha emergido en torno a nuevos grupos como Black Lives Matter, y parece que tienen más influencia hoy que la que retienen las primeras organizaciones».

Black Lives Matter surgió en 2012 en protesta por los casos de violencia policial hacia las personas de raza negra.

Gillespie describió la nueva generación de líderes activistas, como «milenials, e incluso más jóvenes»: «Los soldados del movimiento de derechos civiles de mediados del siglo XX son (ahora) ciudadanos mayores cerca del final de sus vidas», remarcó.

Las nuevas generaciones, como las previas, «tienden a ser impacientes con el ritmo del progreso y no les importa la confrontación», siguió la experta, que indicó que al mismo tiempo son más inclusivas con las mujeres, el colectivo LGTBQ, las comunidades con menos ingresos y la gente que puede quedar marginada por «no parecer respetable».

Dentro de la evolución de los derechos civiles, la comunidad afroamericana ganó poder político a lo largo de las décadas de 1970 y 1980 y sus miembros pudieron acceder a cargos públicos en EE.UU., como por ejemplo jefes de policía, en un proceso que culminó en 2008 con la elección como presidente de Barack Obama.

«Estos funcionarios políticos negros elegidos abordaron la brutalidad policial reconociendo un problema duradero con las fuerzas del orden e instituyendo programas de entrenamiento», dijo Eskew.

ALGUNOS POLICÍAS PARECE QUE NO HAN CAMBIADO

Y llegamos a 2020 con el caso de Mineápolis, que, en opinión del experto, es revelador de los resultados de esa capacitación a los policías implementada hace años para atajar el racismo persistente, ya que para algunos agentes parece que el cambio no ha ocurrido.

En este punto Monroe considera que las autoridades deben dejar de criminalizar a comunidades que ya están marginadas, «especialmente las de color», y revisar las prácticas y prioridades de la policía.

Y es que «el problema de la violencia de Estado contra las comunidades de color, en particular la gente negra, tiene una larga historia en este país que no hemos ni confrontado ni abordado completamente», reflexionó.

A ese respecto, reconoció que las Administraciones anteriores a la de Donald Trump emplearon una serie de herramientas para tratar este asunto, como patrones y prácticas de trabajo de reforma policial.

«Sin embargo, la actual Administración ha abandonado en gran medida esos esfuerzos, y tenemos un presidente que insta activamente a la violencia», lamentó.

Eskew coincidió en que, precisamente por las declaraciones racistas de Trump en el pasado, su Gobierno está repitiendo enfoques para imponer la ley y orden.

«Esto es, manteniendo la política del Partido Republicano desde la época de Richard Nixon (1969-1974) -señaló-. El presidente Barak Obama y de hecho las Administraciones demócratas en general han reconocido problemas sociales más profundos que acompañan estallidos de protestas por la persistencia de la brutalidad policial contra la gente de color».