Tegucigalpa – El drama de los migrantes hondureños llega a las letras con «El norte que me tienes prometido», una novela del sacerdote jesuita Ismael Moreno que muestra las innumerables dificultades para llegar a EE.UU., tal como acaba de suceder con las caravanas que fueron bloqueadas en esa incierta ruta.
«Es una narrativa en torno al fenómeno de la migración, basada en hechos históricos», contados «de manera que ningún personaje tenga una identificación exacta, pero que a su vez identifica a la juventud que emigra, que toma la de decisión de irse rumbo a ese norte tan incierto (Estados Unidos)», dice Moreno a Efe.
En la novela, editada por la Editorial Guaymuras, la juventud que se va del país en busca del «sueño americano» es representada por Carmen del Socorro Miranda, quien luego de ver varias experiencias de migración en su comunidad también decide irse, no sin antes escuchar las recomendaciones de su amigo sacerdote, Ceferino Menocal.
Carmen del Socorro «simboliza a una juventud que tiene tantos ideales, pero que en el fondo lo que está haciendo es huyendo de una realidad campesina, de empobrecimiento», indica Moreno.
Los dos personajes centrales de la novela «se contrastan y de muy diversas maneras» muestran realidades de la iglesia, como «una manera de recuperar una misión pastoral de la iglesia desde las comunidades y a una juventud que, desesperada, busca ese incierto camino hacia el norte», añade.
EL DRAMA DE LA MIGRACIÓN Y LAS CARAVANAS
Moreno subraya que casos como el de la protagonista de la novela, que es engañada por un «coyote» (traficante de personas) que se hace pasar por un cónsul mexicano, son comunes en la ruta que emprenden cada año miles de hondureños -en su mayoría jóvenes- en su intento por llegar a Estados Unidos, ante la falta de empleo y la inseguridad que vive su país.
En la realidad, el sacrificio de muchos migrantes hondureños comienza en la Central Metropolitana de autobuses de San Pedro Sula, en el norte del país, recordó Moreno, quien es el director del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (Eric) de la Compañía de Jesús.
De hecho, desde esa central, miles de migrantes del país centroamericano comenzaron a salir en caravanas en octubre de 2018 con la idea de llegar a Estados Unidos en busca de trabajo, aunque no todos lograron cruzar la frontera sur de ese país con México.
La última caravana, que salió el pasado 15 de enero, fue disuelta en Chiquimula, Guatemala, a palos y gas lacrimógeno, por policías y militares de ese país, al que, según sus autoridades, ingresaron más de 9.000 migrantes hondureños.
En el recorrido, recordó el religioso hondureño, la gente es engañada por «coyotes», quienes en muchos casos abusan sexualmente de las mujeres, aunque también hay gente generosa que le brinda ayuda. En su opinión, los pobres migrantes, buscando un sueño, acaban siendo víctimas.
Carmen del Socorro, como personaje de la novela, también simboliza de algún modo la mentalidad ingenua de las campesinas, que saliendo de una aldea, de la montaña, en la realidad se encuentran con situaciones muy complejas, más urbanas, culturalmente más diversas, dice el director del Eric.
La ingenuidad convierte a muchos en terreno fértil para las extorsiones y la explotación por parte de traficantes de migrantes, agrega.
LA MIGRACIÓN COMO SALIDA DE LA POBREZA
Según fuentes oficiales, más de un millón de hondureños viven en el exterior, en su mayoría en Estados Unidos, y representan la principal fuente de divisas del país centroamericano, con envíos de remesas familiares que en 2020 sumaron unos 5.000 millones de dólares.
Hasta antes de las caravanas, entre 300 y 500 hondureños se iban a diario del país, según organismos defensores de los derechos de los migrantes, algunos de los cuales los acompañan en la peligrosa ruta migratoria.
La novela «es una experiencia dura, pero finalmente tratamos de presentarla y cerrarla con un síntoma y una expresión de esperanza, después de un sueño tan amargo como el que vive Carmen del Socorro, sacando su amargura y su dolor».
En la obra literaria, Carmen del Socorro tiene un sueño con el «cónsul» que la engañó y comienza a matarlo de una manera lenta y muy cruel, pero al despertar se sorprende de sus niveles de venganza y entonces siente deseo de «promover la justicia, sin derramar sangre».
«Ese sueño es muy violento, sangriento, pero después, al despertarse, se ha convertido en una enorme catarsis y ella decide que toda la justicia hay que ponerla y dejarla en manos de la institucionalidad, porque cualquier tipo de justicia que esté vinculada con la venganza, es reproducir el dolor que ella ya vivió y que no se lo desea a nadie», indica Moreno.
La novela fue escrita por el sacerdote durante la pandemia de covid-19, que desde marzo se comenzó a expandir por Honduras, afectando severamente la débil economía del país. Además, dejó la pérdida de alrededor de 600.000 empleos, según fuentes de la empresa privada.
A los daños de la pandemia se sumaron los causados por las tormentas tropicales Eta e Iota, en noviembre.
Los dos fenómenos naturales y la pandemia de covid-19 agudizaron la situación de pobreza en que ya vivía más del 60 por ciento de los 9,5 millones de habitantes que tiene Honduras.
«Ciento dos años después de aquel 1918, de triste recuerdo como año de la gripe española, se imprimió este libro en el vigente año 2020, cuyo recuerdo no será menos triste, etiquetado como año del coronavirus», así finaliza Moreno «El norte que me tienes prometido».