Washington.- El número de grupos radicales en Estados Unidos batió un récord en 2018 al alcanzar los 1.020, «espoleados» por el discurso del presidente, Donald Trump, alertó este miércoles la organización Southern Poverty Law Center (SPLC, en inglés) en su informe anual sobre el odio en el país.
«Estos son grupos que han sido especialmente espoleados por el discurso de Trump», denunció la directora del Proyecto de Inteligencia de la SPLC, Heidi Beirich, durante una rueda de prensa telefónica con motivo de la presentación del informe.
El documento se centra en analizar la cifra y las causas de la aparición de organizaciones que se dedican a atacar a personas por su raza, religión, origen étnico, identidad de género u orientación sexual, explicó Beirich.
SPLC ha detectado un preocupante incremento del 30 % de grupos radicales a lo largo de los últimos cuatro años, que coinciden con la decisión del ahora mandatario de presentarse a la Presidencia del país, en junio de 2015.
El anterior máximo histórico -con un total de 1.018 grupos- se registró en 2011, tras la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca en 2009, que provocó la aparición de nuevos grupos extremistas, aunque acabaron desvaneciéndose durante el segundo mandato del demócrata.
«Trump ha desatado los demonios», criticó Beirich, quien no dudó en señalar directamente a uno de los principales símbolos de la política del republicano, su popular eslogan «Make America Great Again» (Hagamos EE.UU. grande de nuevo), que, de acuerdo a la experta, «retrotrae a un pasado más blanco, cuando el país era supuestamente superior».
La responsable de SPLC consideró que los mensajes de Trump han dado alas a los supremacistas blancos y citó, a modo de ejemplo, el aumento del tráfico en páginas web neonazis como Daily Stormer, con unas 4,3 millones de visitas al mes, o Stormfront, que alcanza las 2,2 millones de visualizaciones mensualmente.
«La gente tiene miedo de un cambio demográfico y las palabras y gestos procedentes de la Administración y del propio Trump están avivando este temor -dijo-. Estas imágenes de temibles extranjeros invasores, la amenaza de enfermedades o las inmensas caravanas de inmigrantes viniendo desde el sur llevan a la gente a pensar que este país está cambiando peligrosamente».
Además, Beirich criticó a las bases de Trump y a los medios de comunicación de extrema derecha, como la cadena Fox News, por prestarse a servir de «altavoz» a la «propaganda cargada de odio» del presidente.
Este odio fomentado por la Casa Blanca, no obstante, no solo afecta a la derecha radical, ya que, añadió Beirich, la actitud del presidente ha desencadenado una reacción similar por parte de grupos que defienden el supremacismo de la raza negra.
«En una reacción idéntica pero opuesta, hemos visto que las bases de estos grupos también han aumentado», expresó la coordinadora del informe, quien detalló que estos grupos comparten con sus antagonistas el odio a otras razas y a los homosexuales.
Beirich mencionó los presuntos insultos de Trump a algunos países africanos -a los que habría calificado de «agujeros de mierda»- o sus constantes ataques a los jugadores de fútbol americano que optan por arrodillarse cuando suena el himno nacional para protestar contra la violencia policial.
El número de episodios violentos protagonizados por grupos supremacistas negros, subrayó, ha aumentado de 233 en el año 2017 a 264 en 2018.
Por último, Beirich insistió en que el principal problema de las organizaciones radicales no es su discurso, sino que fomentan una violencia que ha dejado su impronta en cerca de 40 muertes que se produjeron el año pasado tanto en Estados Unidos como en Canadá.
La responsable del proyecto aseguró que, en general, los episodios violentos llevados a cabo por los radicales también han experimentado un creciente aumento en los últimos tiempos y auguró que la situación podría ir a peor en el futuro debido al clima político que se respira en el país.
«A muchos de estos grupos no les gustaron los resultados de las elecciones legislativas de 2018. Les molesta, por ejemplo, ver a mujeres musulmanas en el Congreso o personas abiertamente bisexuales que han sido elegidas para el Senado, en general, una representación mucho más diversa», avisó Beirich.