El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska. EFE/ JJ Guillén/Archivo

Luxemburgo – El plan ideado por Alemania, Francia, Italia y Malta para el desembarco y reparto de los migrantes rescatados en el Mediterráneo central comenzó a perfilarse este martes como «proyecto piloto», aunque pocos países expresaron por el momento su voluntad de participar en la iniciativa.

El asunto se abordó en un almuerzo de trabajo, en el marco de una reunión de ministros del Interior en la que los cuatro artífices de la propuesta, gestada en una reunión hace dos semanas en Malta, la presentaron a sus homólogos y trataron de recabar el mayor número de adhesiones.

El Ministro español del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, dijo al término de la reunión que el plan se plantea como un «proyecto piloto, importante para ver lo que funciona o no funciona en esa política de reubicación de los migrantes que entran».

En ese contexto, indicó que «España apoya decididamente este proyecto» porque en el «empiezan a latir los principios de responsabilidad y solidaridad» a nivel europeo.

El ministro puntualizó, sin embargo, que el país no va a participar asumiendo reubicaciones de inmigrantes, algo que -según precisó- sus homólogos entienden perfectamente, dado que el país ya rescata un «número importante» de inmigrantes en otra zona del Mediterráneo.

Además, se trata de un plan que aún «está abierto» y los países que quieran participar tienen todavía «tiempo» para sopesar y «determinar en qué condiciones» quieren hacerlo, dijo.

El ministro aseguró que en la reunión de hoy percibió entre los estados miembros «un tono ligeramente distinto» y una actitud más comprensiva hacia la inmigración irregular, que «es un reto y no una cuestión coyuntural y que hay que afrontarlo con una política unitaria».

Fuentes europeas indicaron que durante el debate hoy sobre el plan temporal para el Mediterráneo central, Luxemburgo, Portugal e Irlanda expresaron un «apoyo incondicional» y que otros como Eslovenia, Suecia y Finlandia (país que preside el Consejo de la UE hasta diciembre) también se mostraron favorables a sumarse.

La ministra de Interior de Finlandia, Maria Ohisalo, dijo al término de la reunión que hay interés de muchos países en participar de alguna manera en la iniciativa.

El comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramópulos, dijo por su parte que el plan temporal debe verse como un «ejercicio», hasta que se tenga un acuerdo definitivo sobre el régimen de asilo.

Además, el titular europeo valoró los esfuerzos de los países para la gestión migratoria, en particular de España, a través de su cooperación con Marruecos.

El objetivo del proyecto «piloto» debatido hoy es contar con una solución «temporal» (en principio válida durante un periodo de seis meses, que podrá ser renovado), para poner fin a las escenas de buques que permanecen durante semanas en alta mar, ante la negativa de los países miembros a abrirles sus puertos.

La propuesta establece que los inmigrantes rescatados en el mar serán desembarcados «en el territorio» del país bajo cuyo pabellón navegue el barco.

El plan propone además que los estados titulares de los buques garanticen que los mismos «están calificados y equipados» para efectuar rescates y que cumplen con las normas de seguridad.

También pretende que se obligue a las naves a cumplir las instrucciones dadas por los centros de coordinación de rescate competentes y no obstruir el trabajo de los guardacostas «oficiales», incluyendo los libios.

Además, se garantizará «el retorno efectivo y rápido» de aquellas personas que no sean susceptibles de recibir protección internacional.

Con todo, la UE aspira a establecer un mecanismo que asegure el «desembarco digno» que evite la situación vivida por los barcos de organizaciones humanitarias este verano.