Panamá – El papa Francisco llamó este jueves a la Iglesia a trabajar para eliminar los recelos sobre la inmigración y no quedarse solo en la denuncia, en un encuentro con los obispos de Centroamérica, uno de los actos de su visita a Panamá para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).


En la iglesia de San Francisco de Asís, Francisco se reunió con los obispos de Centroamérica y recordó la preocupación de estos por las personas de las caravanas de migrantes que parten de Honduras, El Salvador, Guatemala y que se dirigen al norte del continente buscando un futuro mejor.

«En la última carta pastoral, ustedes afirmaban: ‘Últimamente nuestra región ha sido impactada por la migración hecha de manera nueva, por ser masiva y organizada, y que ha puesto en evidencia los motivos que hacen una migración forzada y los peligros que conlleva para la dignidad de la persona humana'», recordó el pontífice.

Jorge Mario Bergoglio remarcó como «muchos de los migrantes tienen rostro joven, buscan un bien mayor para sus familias, no temen arriesgar y dejar todo con tal de ofrecer el mínimo de condiciones que garanticen un futuro mejor».

Pero que ante todo esto, agregó, «no basta solo la denuncia» y que la Iglesia puede ofrecer «esa hospitalidad fraterna y acogedora para que las comunidades de origen y las de destino dialoguen y contribuyan a superar miedos y recelos, y consoliden los lazos que las migraciones, en el imaginario colectivo, amenazan con romper».

El pontífice argentino les animó a aplicar las cuatro palabras que siempre cita cuando habla de inmigración: «Acoger, proteger, promover e integrar».

«Pueden ser los cuatro verbos con los que la Iglesia, en esta situación migratoria, conjugue su maternidad en el hoy de la historia», añadió.

Pidió esfuerzos para tender puentes «entre comunidades eclesiales, parroquiales, diocesanas, así como por medio de las Conferencias Episcopales» para evitar «así la tentación de quedarnos en la sola denuncia».

«Todas estas situaciones plantean preguntas, son situaciones que nos llaman a la conversión, a la solidaridad y a una acción educativa incisiva en nuestras comunidades. No podemos quedar indiferentes», agregó citando el último documento final del sínodo sobre los Jóvenes.