Ciudad del Vaticano – El papa Francisco viaja desde mañana, martes, y hasta el día 15 a Kazajistán para participar en el Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, desde donde se enviará un fuerte llamamiento para la paz en el mundo, con la guerra en Ucrania, a pocos kilómetros de allí, muy presente.

“Una oportunidad para encontrar a muchos representantes religiosos y dialogar como hermanos, animados por el deseo común de la paz, paz de la que nuestro mundo está sediento», afirmó el pontífice este domingo durante el rezo del Ángelus y pidió oraciones para lo que definió como «una peregrinación de diálogo y paz».

Aunque también se reunirá y celebrará misa con la pequeña comunidad católica del país, el principal motivo del viaje es su participación en el congreso, que reunirá a más de un centenar de delegaciones de 50 países para abordar «el papel de los líderes de las religiones mundiales y tradicionales en el desarrollo espiritual y social de la humanidad en el período pospandémico», aunque evidentemente la guerra en Ucrania estará muy presente.

LA AUSENCIA DE CIRILO

Según el programa del viaje, Francisco tiene previstas reuniones bilaterales con los diferentes líderes religiosos presentes, aunque pesará mucho la ausencia del patriarca ortodoxo ruso, Cirilo, que en un primer momento iba a acudir, lo que abría la posibilidad de un segundo encuentro entre ambos y una oportunidad para dialogar sobre la guerra en Ucrania provocada por la invasión rusa.

Sin embargo, Cirilo, que ha apoyado y justificado la invasión en diferentes ocasiones, decidió no participar sin dar explicaciones.

Por el momento, parece confirmada la presencia del metropolitano Antonij, nuevo responsable del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú, y es de esperar un encuentro con el papa. Aunque todavía no hay una lista concreta de las personas con las que se reunirá Francisco, es posible que se produzca la sexta reunión con el gran imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb.

«Me apena que no venga Cirilo. La presencia física del papa a este congreso es muy importante para abrir procesos de paz y concordia en todo el mundo, sobre todo en Ucrania. Tras la reunión en Cuba y la reunión por videoconferencia que mantuvieron, un encuentro entre ellos habría contribuido mucho al proceso de paz, a aclarar la contribución de las religiones a la convivencia humana y social», explicó en un encuentro con periodistas el obispo de Karaganda, Adelio Dell’Oro.

Por otro lado, aunque es una posibilidad muy remota, la presencia del presidente chino Xi Jinping en Kazajstán en los días en que Francisco estará en el país ha desatado los rumores de una posible reunión entre ambos.

LA CERCANIA DEL PAPA A LOS CATOLICOS DE KAZAJISTÁN

Francisco también va a mostrar cercanía a un inmenso país, uno de los diez más grandes del mundo, donde menos del 1% de la población es católica, con un 70 % de musulmanes y un 25 % cristianos, la mayoría ortodoxos, procedentes de Rusia y Ucrania, entre otros países.

Y recordará como Kazajistán fue una «prisión soviética, tierra de deportados y mártires», como la llamó Juan Pablo II, con numerosos campos de trabajo donde fueron encerrados muchos católicos.

El papa polaco viajó en 2001 a este país, en una visita que también incluyó una parada en Armenia, y en un momento de grande tensión internacional como la que se vive ahora, ya que se produjo pocos días después de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos.

El primer acto de la visita de Francisco será la reunión mañana, martes, en Nursultán con el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, y su primer discurso a las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático.

Al día siguiente, el pontífice argentino participará en la inauguración del congreso, que estará precedida por una oración silenciosa de los líderes religiosos y tras los encuentros privados con algunos de ellos celebrará la misa en la Plaza de la Expo de Nursultán, ante varios miles de católicos llegados de todos los rincones del país.

El jueves, día 15, mantendrá un encuentro con los obispos y el clero del país y concluirá su participación en el congreso con un discurso tras la lectura de la Declaración final, antes de regresar al Vaticano.