Ciudad del Vaticano – El papa Francisco y el presidente de Chile, Sebastián Piñera, afrontaron hoy durante su reunión en el Vaticano la «dolorosa herida de los abusos a menores» cometidos por religiosos en el país sudamericano y se comprometieron a trabajar para prevenir la comisión y el encubrimiento de estos delitos.
Justo mientras Piñera almorzaba con el secretario de Estado, Pietro Parolin, el papa continuaba con su limpieza en el clero chileno salpicado por los abusos sexuales y se anunciaba la expulsión del sacerdocio de dos obispos eméritos.
Tras una investigación de la Congregación de la Doctrina de la Fe, Francisco firmaba la reducción al estado laical de los exobispos chilenos de La Serena José Francisco Cox, de 85 años, y de Iquique Marco Antonio Órdenes Fernández, de 54 años, ambos acusados de abusos sexuales.
Piñera ya había explicado en declaraciones a los medios que con el papa argentino se afrontó la «situación difícil que vive la Iglesia» en el país y compartieron el deseo de que «pueda vivir un nuevo renacimiento».
«Conversamos sobre la situación difícil que vive la Iglesia en Chile y compartimos la esperanza de la que la Iglesia pueda vivir un renacimiento y recuperar el cariño y la cercanía del pueblo de Dios y pueda seguir jugando el importante rol que juega la Iglesia en nuestro país», señaló.
En la nota de la oficina de prensa del Vaticano también se resaltó que durante los 32 minutos que duró la reunión se abordó «la situación del País, haciendo referencia en modo particular a la defensa de la vida».
«A lo largo de los coloquios se han afrontado otros temas de interés común en ámbito internacional y regional, sobre todo en lo referido a la acogida de los migrantes», añadió el comunicado.
Piñera había revelado que «el papa estaba muy preocupado por el tema de las migraciones» y que resultó «muy informado de la política de Chile en esta materia y conocía la visa de reunificación familiar para los haitianos y la visa de responsabilidad democrática con los venezolanos».
Francisco también expresó su preocupación, añadió Piñera, «por la situación que afecta a Venezuela, a Nicaragua y a otros países de nuestro Continente».
Mientras que con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, el mandatario se detuvo sobre la petición de salida al mar por parte de Bolivia.
Piñera, que no respondió a preguntas durante su declaración a los medios realizada en la Via de la Conciliazione, llegó al Vaticano acompañado de una delegación que estaba compuesta por la esposa del mandatario, Cecilia Morel, el ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuerto y una delegación de 12 parlamentarios.
También fueron presentados al papa dos empresarios que han acompañado a Piñera en su gira por Europa: Alfonso Swett, presidente de la Confederación de la Producción y Comercio y Claudio Muñoz, presidente de Telefónica Chile.
Francisco deseó al presidente de Chile, Sebastián Piñera, que su Gobierno «sea de paz», durante el momento de intercambio de regalos, cuando donó al presidente una escultura que representa un olivo y que suele regalar a los mandatarios.
«La paz es el camino», respondió Piñera al papa Francisco.
Por su parte, el presidente chileno regaló al pontífice una caja de lapislázuli y una estola realizada a mano por una artesana de la localidad de Doñihue.
Después Piñera se reunió con el secretario de Estado, Pietro Parolin, con quien seguramente abordará el escándalo que la Iglesia católica está viviendo en Chile por los abusos sexuales y la renovación del episcopado iniciada por Francisco.