Cracovia (Polonia) – El presidente polaco, Andrzej Duda, arremetió este miércoles contra las nuevas medidas del Gobierno encabezado por el liberal Donald Tusk en materia de migración porque, dijo, «no funcionarán» y son «un terrible error».
Duda, que decidió acudir hoy al Parlamento para valorar el primer año de Gobierno del Ejecutivo de Tusk, se suma así al coro de críticas que ha levantado el giro en la política migratoria anunciado la víspera y que incluye la suspensión temporal del derecho de asilo para extranjeros en Polonia en determinados casos.
En opinión del presidente polaco, cambiar la Ley de Protección a los Extranjeros de esta manera «no servirá para sellar la frontera», y señaló que el presidente ruso, Vladímir «Putin y (el mandatario bielorruso, Alexandr) Lukashenko están tratando de desestabilizar la situación en nuestra frontera.
«Si la respuesta del Estado a esto es privar de un refugio seguro a las personas que encarcelan y persiguen… creo que es un terrible error», enfatizó.
En Polonia viven unos 50.000 bielorrusos, gran parte de ellos con el estatus de refugiado político, pero esta cifra, que data de 2022 y es la última facilitada por Varsovia, podría ser aún mayor.
Defensores de los Derechos Humanos, juristas, políticos de la oposición e incluso cuatro viceministros del propio Gobierno se han manifestado en contra de una decisión, que Tusk ha justificado aduciendo que otros países, como Finlandia, han dado pasos parecidos.
En un tenso Consejo de Ministros celebrado el martes y que duró más de seis horas, los socios de la coalición Izquierda, que gobiernan en alianza con Tusk, subrayaron su desacuerdo con un cambio que aseguraron no se les había consultado y que les lleva a cuestionarse la continuidad de su apoyo a este Gobierno.
La decisión adoptada por Tusk, que él mismo calificó de «difícil, pero muy necesaria», tiene como objetivo principal reducir la presión migratoria en la frontera con Bielorrusia, donde, según un informe de Frontex, se registraron desde enero más de 13.000 intentos de entrada ilegal, casi el triple que el año pasado.
En una entrevista publicada hoy en el diario Gazeta Wyborcza, Tusk afirma que la suspensión del derecho de asilo es «una medida temporal», y admitió que la mayoría de los inmigrantes en situación irregular que hay ahora en Polonia no podrán ser deportados «porque proceden principalmente de países con los que Polonia no tiene ningún acuerdo» para devolverles allí».
Pero, advirtió, «el derecho de asilo se concede únicamente a quienes son realmente perseguidos en su país y su regreso amenaza su vida», mientras que, en su opinión, muchas de las personas que intentan llegar a Polonia desde Bielorrusia «son delincuentes o personas asociadas con grupos terroristas».
«Son liberados de las cárceles, organizados en grupos de falsos migrantes y enviados a nuestra frontera por el Gobierno de Minsk», aseveró.