Cardenal Óscar Andrés Rodríguez.

Tegucigalpa – El principal problema de la lucha contra el narcotráfico es que no se combate a los consumidores ni al dinero depositado en bancos internacionales producto de esta actividad ilícita, manifestó el cardenal Óscar Andrés Rodríguez.

En una entrevista que concedió al programa “Al Banquillo” del canal TSI, el cardenal hondureño expuso que el principal problema es que el dinero producto de esa actividad ilícita están en bancos internacionales y no es perseguida por las autoridades.

Tildó que el dinero producto del narcotráfico está manchado de sangre, debido a la pérdida de vidas humanas.

Igualmente, señaló que las autoridades no persiguen el consumo, mientras esto persista, se seguirá estimulando el tráfico de drogas.

“Europa y Estados Unidos son grandes consumidores de droga, y no se persigue el consumo, se está estimulando el tráfico ilícito y ese dinero”, indicó.

Es muy triste que la gente piense que la única manera de poder agenciarse fondos es con el crimen de estar matando personas mediante la droga, lamentó.

Asimismo, consideró que el fentanilo es el “peor veneno” que tiene Honduras en la actualidad.

Muertes de mujeres

El cardenal también se refirió a la situación de muertes violenta de mujeres en Honduras, manifestando que todo el que haya matado una persona, especialmente si cometió feminicidio, la tendrá difícil con Dios.

Clamó a las personas que se sienten tentadas de cometer asesinatos a que se abstengan y se arrepientan de esos pensamientos.

Rodríguez opinó que es un dolor ver programas y proyectos, pero que no dan resultados en cuanto a los homicidios de mujeres.

Definió que la autoridad es un autor que ayuda a las personas a que crezcan como los padres, no obstante, indicó que hay un defecto en la sociedad es que hay familias desintegradas o incompletas.

La verdadera autoridad es aquel que ayuda a crecer como los padres de familia porque le da la vida intelectual, espiritual, la formación, y eso falta en los hogares, analizó.

Por otro lado, predijo que la construcción de nuevas cárceles no resolverá el problema de la criminalidad, es una olla de presión que reventará tarde o temprano.