México – El robo de combustible y las disputas entre cárteles asfixian al estado de Guanajuato, que en los últimos meses ha registrado un crecimiento exponencial de los homicidios que le ha llevado a encabezar la lista de regiones más violentas de México.
El Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel Santa Rosa de Lima, de reciente creación, se encuentran en una disputa para «intentar quedarse con un mercado que se ha vuelto muy rentable», el de combustible ilegal, afirmó hoy a Efe el experto en seguridad Roberto Valladares.
En los últimos años, este negocio ilícito «se dejó crecer», y esta «negligencia» por parte de las autoridades ha hecho que hoy en día haya un mercado «gigantesco», señaló el consultor sénior de Lantia Consultores, especializada en gobierno y seguridad pública.
Desde enero y hasta agosto de este año, el estado del centro del país, en la región del Bajío, registró 1.671 homicidios dolosos, de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Una cifra que convierte a Guanajuato en el segundo estado más violento de México, solo por debajo de Baja California, con 1.814 asesinatos.
La situación en el estado, conocido entre otros aspectos por sus coloridas ciudades coloniales y el anual Festival Internacional Cervantino, era muy diferente hace unos años.
En 2013 hubo 641 homicidios. Comparando los datos de los ocho primeros meses de ese año con el mismo periodo de 2018, se puede constatar un aumento del 285 % en este delito.
La retahíla de noticias que informan sobre los homicidios en la región parece no tener fin. El 20 de septiembre hubo una violenta jornada que dejó 21 muertos en diferentes hechos; el pasado domingo, un empresario fue asesinado a tiros cerca de un mirador turístico de San Miguel de Allende.
El secretario de Gobernación de México, Alfonso Navarrete, confirmó que la incursión de los grupos criminales que se disputan «nichos delincuenciales ilícitos, como es la toma clandestina de hidrocarburos», tiene como consecuencia un mayor número de víctimas mortales.
Guanajuato es el estado en que, durante el pasado año, se descubrió el mayor número de tomas clandestinas, con 1.852, de acuerdo con el reporte anual de Petróleos Mexicanos (Pemex).
La extensa red de ductos de la región es un jugoso objetivo para los ladrones de combustible, conocidos como «huachicoleros», quienes lucran ofreciendo el producto robado a precios irrisorios.
En la región, además, está ubicada la refinería de Salamanca, que acoge decenas de plantas de producción donde se procesan unos 156.000 barriles de petróleo crudo diarios.
El pasado enero, el jefe de seguridad de las instalaciones, Tadeo Lineol Alfonzo Rocha, fue asesinado por sicarios.
De acuerdo con Navarrete, la violencia también se ha «recrudecido» desde que las fuerzas de seguridad intervinieron hace unos tres meses la refinería de Salamanca para profundizar en las tareas de vigilancia.
«Significa que el producto ilícito y las posibilidades (de robo) han disminuido, y por lo tanto, es más codiciado y se vuelve un motivo de disputa mayor», argumentó a un grupo de medios.
Valladares indicó que a la disputa por el control del robo del combustible, en el que también participan células de grupos criminales llegadas desde Michoacán, se le suma otro tema «grave»: la extorsión a los empresarios, que también supone parte del negocio de estas asociaciones delictivas.
El problema de la violencia ha puesto a Guanajuato en el ojo del huracán. El estado ahora ha quedado en manos del nuevo gobernador, Diego Sinhué Rodríguez, quien asumió el cargo la semana pasada y ha mostrado su intención de acabar con el robo de combustibles.
El gobernador se ha reunido esta semana con el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ha prometido, además de una inversión para modernizar la refinería de Salamanca, que «se va a terminar la corrupción en Pemex y en todo el Gobierno».
«Más vale que lo vayan entendiendo: no va a haber huachicoleo», sentenció el próximo mandatario del país. EFE