Tegucigalpa – El sector privado de Honduras está en un «estado de calamidad» debido a la pandemia del coronavirus, que ya deja 3.354 muertes y 134.111 contagios, y los efectos de las tormentas tropicales Eta e Iota, por lo que rechaza la idea de una nueva cuarentena para frenar el avance descontrolado de la enfermedad.
«La empresa privada está en un estado de calamidad, tenemos diez meses de confinamiento y de andar (trabajar) a medio vapor por la covid-19 y en noviembre fuimos afectados por dos tormentas tropicales», dijo en entrevista con Efe el presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Juan Carlos Sikaffy.
Los fenómenos naturales afectaron principalmente el Valle de Sula, en el caribeño departamento de Cortés, que se extiende hasta una parte de su vecino Yoro (norte), región que produce el 45 % del producto interno bruto (PIB) del país, lo cual ha dejado «consecuencias gravísimas» para Honduras, señaló.
Ocho de cada diez hondureños tienen «serios problemas para conseguir sus recursos», por lo que viven en «precariedad», lo cual, señaló, preocupa a la empresa privada.
El 90 % del tejido empresarial de Honduras es micro y pequeña empresa, uno de los sectores más afectados por el coronavirus y las tormentas Eta e Iota, y las «grandes limitantes» no han permitido su reactivación, añadió.
NUEVA CUARENTENA
Sikaffy rechazó la idea de imponer una nueva cuarentena en Honduras, una medida que han planteado las autoridades ante el aumento de los casos de covid-19 en el país.
Una cuarentena está «fuera de contexto, tenemos que cuidarnos, tomar la responsabilidad cada uno de nosotros», subrayó el empresario, que indicó que el confinamiento «va a volver a mucha más gente pobre» en el país, donde ha aumentado la informalidad.
«Hay gente que sale a la calle a trabajar hoy, para comer hoy mismo o mañana, si se les quita esa fuente de ingreso, tira a más gente a la pobreza, eso es gravísimo, podemos llegar a una descomposición social sin precedentes en el país», enfatizó.
Honduras está pasando un «punto de inflexión» y ahora mismo hay «una gran oportunidad para reconstruir el país», pues los organismos multilaterales han ofrecido financiación, por lo que el Gobierno y los empresarios deben formular proyectos que tengan un «mayor impacto» en la población, explicó.
Honduras, un país con 9,3 millones de habitantes, acumula 134.111 casos de la covid-19 y 3.354 muertos, y desde finales de diciembre pasado vive un repunte de la pandemia que está llevando al límite al sistema de salud.
UNIR ESFUERZOS
Casi todos los sectores de la economía fueron cerrados en marzo pasado, con lo que se aplicaron mecanismos como la suspensión de contratos, y se permitió la apertura de los sectores más esenciales a finales de julio pasado.
Sin embargo, la reactivación económica ha sido lenta, por lo que Sikaffy exige al Gobierno «unir esfuerzos» con todos los sectores para «construir juntos el país».
Los principales retos de la empresa privada de Honduras es rehabilitar y reconstruir lo destruido por las tormentas Eta e Iota, en noviembre pasado, y la reactivación económica, advirtió.
Reactivar la débil economía hondureña pasa por «darle a las empresas condiciones crediticias, fondos de garantía que debe poner el Gobierno para poder recuperarse», explicó e invitó a los empresarios a reinventarse para reanudar su actividad.
La crisis alegada por los empresarios queda patentada en las cifras de desempleo, de un millón de personas en el sector formal, y más de 1,5 millones de personas con «serios problemas de ingresos» en el sector informal.
Los daños que dejaron Eta e Iota equivalen a unos 46.000 millones de lempiras (1.896 millones de dólares), según un informe de la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal) citado por el empresario.
Señaló que la pandemia de covid-19 ha golpeado a la economía hondureña y ha causado pérdidas de por lo menos 18 % del PIB, lo que equivale a 120.000 millones de lempiras (4.946 millones de dólares).
PLAN DE RECONSTRUCCIÓN
En su opinión, el Plan de Reconstrucción Nacional anunciado por el Gobierno hondureño debe priorizar en atacar «la tragedia humana, la rehabilitación de lo destruido por las tormentas y la reactivación de la economía».
Para ello Honduras requiere atraer inversión extranjera, pero el país debe caminar «en una senda de reconstrucción de no ser tan vulnerables al cambio climático», señaló Sikaffy.
El Gobierno también debe garantizar a los inversionistas extranjeros «certidumbre, reglas claras, institucionalidad fuerte para que tengan la seguridad de que sus inversiones están «seguras en el país».
El país también debe combatir la corrupción, un problema «endémico en el país que debe ser erradicado, nosotros no aguantamos un segundo más con temas de corrupción», subrayó el presidente del Cohep, la principal cúpula patronal de Honduras.
«La corrupción debe ser atacada desde su raíz», señaló Sikaffy, quien dijo además que el principal problema de este flagelo es que «existe impunidad».
El dirigente empresarial también exigió a las autoridades sanitarias que «hagan todo el esfuerzo para tener la vacuna (contra la covid-19) lo antes posible».
El Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) de Honduras ha anunciado la compra de 1,4 millones de dosis de vacunas contra la covid-19 de la farmacéutica AstraZeneca, para lo que el Cohep ha dado una garantía de 3,4 millones de dólares.