Suchiate (México) – El aumento de los controles migratorios y la inminente llegada de la Guardia Nacional atemoriza a los migrantes que quieren llegar a Estados Unidos, que estudian nuevas rutas para adentrarse en México y enfrentan su periplo con el miedo a la deportación.
Son las siete de la mañana y una balsa se acerca sigilosa por el río Suchiate, en la frontera con Guatemala. Ocho personas, entre ellas dos mujeres y un menor de edad, bajan atropelladamente de esta rudimentaria embarcación.
Yessenia García, de Chinandega, cuenta a Efe que huyó de su natal Nicaragua por el alza de la violencia y del control policial.
«La cosa es que no se puede vivir por el régimen de Nicaragua, ya uno no puede andar en la calle. Dondequiera se aparecen los policías con unos ojos que te quieren matar», señala la mujer en denuncia del gobierno de Daniel Ortega.
Desorientados, avanzan temerosos de que «los agarre la migra».
Vamos «con miedo porque uno viene arriesgando la vida, en un lugar que uno ni conoce, solamente con la voluntad de Dios. Y pasando ese río sentí como que me perseguían», remarca la mujer.
Tras el acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos -que implica el inminente despliegue de 6.000 efectivos de la nueva Guardia Nacional mexicana en el sur- el temor se ha apoderado -más, si cabe- de los migrantes que buscan cruzar Guatemala y atravesar México para llegar a Estados Unidos.
Al igual que Yessenia existen otras mujeres como Marisol Bonilla que también protagonizan este éxodo.
Marisol es una madre soltera de Honduras que viaja con su compañera de escasos cinco años de edad, quien no pregunta hacia dónde van, y se mantiene feliz con los juegos que están en el parque a un lado del domo municipal donde se quedan a dormir.
Afirma que en su país «hay muchas manifestaciones, huelgas, no puedes sacar documentos; si alguno está haciendo negocio propio a uno le piden renta, los mareros te piden renta, entonces una emigra para acá».
Pese a que ha escuchado que México es peligroso, y que ahora los mensajes que está emitiendo el presidente estadounidense Donald Trump no hacen sino empeorar la situación, poco le importa porque «aquí no es más peligroso que mi país».
Agregó que todos los días se llena la plaza del parque del fronterizo municipio de Suchiate, y los constantes operativos de migración los mantiene con el miedo a ser deportados.
La frontera sur es tan porosa que los migrantes con el afán esquivar todo el despliegue militar y de llegar a Estados Unidos han retomado rutas muy peligrosas como la de Frontera Comalapa o la de Palenque (en el estado de Chiapas), según afirman organizaciones defensoras de derechos humanos de migrantes.
Por otra parte decenas de extranjeros hacen filas kilométricas bajo el sol para estar pendientes y cumplir con los requisitos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) para obtener la tarjeta de visitante por razones humanitarias.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer este martes la creación de una «comisión especial» para atender el fenómeno migratorio en el sur y así cumplir con el acuerdo con Estados Unidos y hacer frente a la «medida unilateral injusta» de los aranceles propuestos por Trump.
El equipo está conformado por funcionarios de los ministerios del Exterior, Bienestar y Trabajo y Previsión Social.
También forma parte del organismo el general Vicente Antonio Hernández Sánchez, comandante de la XXXVI Zona Militar en Tapachula, Chiapas, quien este mismo martes voló a Tapachula para acelerar el despliegue de la Guardia Nacional.
La ministra de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, aseguró que la Guardia Nacional no será como la «Border Patrol» (Patrulla Fronteriza) de Estados Unidos en la frontera sur, y solo apoyará para regular el flujo migratorio, no para frenarlo.
Pero la fuerte presencia de militares y marinos ha despertado muchas suspicacias.
Además, continúan las deportaciones de migrantes por parte del Instituto Nacional de Migración (Inami), y este mismo martes las autoridades anunciaron el retorno vía aérea de 108 hondureños, en su «mayoría familias con niños», en «condición irregular».
Esta mayor publicidad de los controles migratorios, que también incluye la reciente detención de dos activistas por presunto tráfico de migrantes y la congelación de cuentas bancarias, parece estar cuajando en Estados Unidos.
Al menos este 11 de junio, cuando el temperamental jefe de la Casa Blanca escribió en Twitter: «Triste cuando piensas en ello, pero México está haciendo ahora mismo más para Estados Unidos en la frontera que los demócratas en el Congreso».
Pero también adelantó, como ya hizo 24 horas antes, que parte del acuerdo migratorio «no había sido revelado».